En su informe sobre los comicios, la primera Misión Indígena de Observación Electoral felicitó al pueblo mexicano por la madurez política en su organización y participación el domingo pasado.

Destacó que como pudimos constatar, hubo importante participación de los pueblos indígenas, la juventud y las mujeres, a pesar de los desafíos, limitaciones y pobreza de estos sectores de la población. Dijo que esto representa un paso significativo para el enriquecimiento de la democracia e implica superar la exclusión y el reclamo (de este sector) por mayor participación en los asuntos públicos de México.

Acotó que en una reunión, organizaciones indígenas “mostraron preocupación sobre la falta de representatividad política de estos pueblos en la democracia mexicana. Los nulos avances en materia de representación política establecen que ‘no hay un mandato para elegir senadurías de procedencia indígena’, y añadieron que las mujeres indígenas que contienden por cargos de representación son enviadas por los partidos políticos a distritos donde no tienen posibilidades de ganar”.

La misión, que visitó el país del 27 de junio al 2 de julio, expuso que recibió la preocupación de los pueblos indígenas ante una divergencia entre las democracias en México: una occidental, oficial y procedimental, y una indígena, construida con instituciones emanadas de sus usos y costumbres, que busca consolidar espacios de representación en el sistema político-electoral.