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La solución, que no vengan: Trump

Gobierno de EU incumple plazo fijado por un juez para reunificar a las familias inmigrantes

Bebés de un año comparecen en las cortes en calidad de acusados

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▲ Un inmigrante se reunió ayer con su hijo de tres años, de quien fue separado al cruzar la frontera. El encuentro ocurrió en Grand Rapids, Michigan.Foto Ap
corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 11 de julio de 2018, p. 29

Nueva York

El régimen de Donald Trump cumplió parcialmente una orden judicial para reunir a decenas de niños que fueron arrebatados a sus padres inmigrantes en la frontera, pero aún faltan casi 3 mil que tiene que ubicar y devolver a sus familias antes de que termine el mes, mientras otros menores, incluso de un año de edad, están compareciendo ante jueces de migración en calidad de acusados, en procesos que no entienden, todo por culpa de los migrantes, acusó el presidente.

Este martes, las autoridades federales informaron que están entregando a sus padres a aproximadamente 50 menores de cinco años que fueron separados a la fuerza cuando sus familias ingresaron a este país, en un intento por cumplir la orden emitida a finales del mes pasado por el juez federal Dana Sabrow.

Abogados del régimen informaron al juez que no podrán cumplir plenamente con la orden de reunir a todos en la fecha límite (este martes), ya que aún no han logrado ubicar a los padres de algunos, en parte porque fueron deportados. Inicialmente el gobierno había identificado a 102 niños menores de cinco años que fueron separados, pero ahora dicen que son 75; ésta, como otras cifras sobre los niños, han cambiado múltiples veces, nutriendo la sospecha de que el gobierno no tiene ubicados ni identificados a todos los niños que separó de sus padres en meses recientes.

Según informaron las autoridades, muchas de las familias reunificadas con sus hijos este martes serán liberadas de los centros de detención y vivirán en una especie de libertad condicional –algunos con aditamentos electrónicos para tenerlos ubicados– mientras proceden sus casos ante tribunales de inmigración. Otras serán deportadas una vez que sean reunificadas con sus hijos, este martes incluso.

Cuando le preguntaron a Trump sobre el fracaso de su gobierno para cumplir plenamente con la orden judicial, respondió: bueno, yo tengo una solución: díganle a la gente que no venga a nuestro país ilegalmente. Al preguntarle si parte de su política era castigar niños, evitó responder y sólo reafirmó: tenemos leyes, tenemos fronteras, y agregó que sin ello no hay país.

Las autoridades -–aparentemente sin ningún sentido de la ironía– defendieron el lento proceso de reunificación al insistir en que están tomando precauciones por el bien de los niños. Informaron que están empleando análisis de ADN para asegurar los vínculos familiares, así como verificando el historial criminal de los padres. Nuestro proceso podrá no ser tan rápido como algunos quisieran, pero no hay duda de que se está protegiendo a los niños, aseguró a la agencia Ap un funcionario del Departamento de Salud y Servicios Humanos que dirige parte de este esfuerzo.

La orden del juez Sabrow también impuso el 26 de julio como fecha límite para reunificar al resto de los menores (o sea, los mayores de cinco años) separados por el régimen, un número que el gobierno ahora calcula en poco menos de 3 mil. Una semana antes afirmaba que el total era de poco más de 2 mil. Hay cálculos que indican que el número real podría ser superior a 4 mil.

Todo esto subraya el hecho, ahora en parte documentado por investigaciones periodísticas y testimonios, de que el gobierno no vigiló de manera precisa estas separaciones, y que incluso ha perdido registros que vinculan a los niños con sus padres. Es una disfunción gubernamental estilo tercermundista que parte del pecado original de una política indescriptiblemente cruel, seguida de la ineptitud de agencias no coordinadas, opinó el Washington Post en un editorial.

Mientras tanto, el lunes otro tribunal federal rechazó la petición del régimen de Trump para anular o modificar un acuerdo judicial que prohíbe mantener a menores de edad inmigrantes en centros de detención por más de 20 días (con algunas excepciones, y la anuencia de los padres). Como resultado, por ahora se frustró su intención de sustituir la práctica de separación de los niños con una medida para mantener encarceladas a las familias junto con sus niños mientras proceden sus casos ante tribunales.

A la vez, continúa el torrente de testimonios y reportajes sobre el trato a los menores de edad inmigrantes por el régimen de Trump (aunque algunas de estas prácticas ya tenían antecedentes). Por ejemplo, en estos días se ha reportado cómo un niño, de un año de edad, bebiendo leche de un biberón y jugando con una bolita, fue obligado a presentarse como acusado ante un juez de inmigración en Phoenix, y el caso de un niño de 14 meses de edad separado de sus padres que finalmente fue regresado a ellos después de 85 días, lleno de piojos y aparentemente sin haber sido bañado.

Con ello se sigue nutriendo la condena casi universal que, por ahora, ha puesto a la defensiva por primera vez a este régimen.

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