Jueves 12 de julio de 2018, p. 5
La autosuficiencia alimentaria es la columna vertebral del rescate del campo, no sólo para reducir importaciones y con una visión económica, sino para atacar la pobreza, hacer una restructuración de la cohesión social y la distribución del ingreso. También es para contribuir a la estrategia para la construcción de la paz en México, sostuvo Víctor Suárez Carrera, quien se hará cargo de esa estrategia en el próximo gobierno federal.
Destacó que es una parte de la tarea de reconstruir la seguridad y paz en México. Se importan más de 12 mil millones de dólares en alimentos, insumos y energía, lo cual significa que son empleos que se pierden para las familias campesinas y comunidades rurales
. En los pasados 30 años de abandono del agro y la dependencia alimentaria se incrementó la inseguridad, la violencia y el crimen organizado en el campo, por lo que se requiere una recuperación de la presencia del Estado mexicano en este sector.
Suárez Carrera es ingeniero agrónomo, fue director de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo y en 2012 fue propuesto por Andrés Manuel López Obrador como secretario de Agricultura. Ahora se prevé que estará a cargo de la autosuficiencia alimentaria, una de las propuestas del virtual presidente electo.
En entrevista, explicó que la estrategia de autosuficiencia alimentaria, adscrita a la Secretaría de Agricultura, se plantea en el contexto de todo un sistema agroalimentario para rescatar el campo. La producción de los alimentos que se consumen tendrá que ver con la reactivación de la agricultura campesina, se trata de 85 por ciento de las unidades de producción, y también se incluye el impulso a la agricultura comercial.
Explicó que los precios de garantía serán de dos formas: uno es un ingreso objetivo y si el mercado no llega a ese nivel se da un pago compensatorio al productor, se trata de un ingreso mínimo garantizado y se activará para productos básicos de la canasta alimentaria, y se establecerá un sistema de compras garantizadas para dar certidumbre a los productores con Diconsa, en maíz, frijol, trigo harinero y arroz, y Liconsa con leche. Esto será para pequeños productores de regiones del sur-sureste y el altiplano.
También habrá instrumentos de mercado, coberturas de precio, seguros al ingreso esperado y otros mecanismos para apoyar de manera más decisiva y efectiva a la agricultura comercial.
Respecto del papel de las tradicionales organizaciones campesinas, dijo que se han visto obligadas a mantener la resistencia, pero esto debe cambiar, ya que hay un gobierno comprometido con el campo.
Agregó que se busca una reactivación de la economía sectorial que permita crecer en 4 por ciento promedio al año en la próxima administración, activar los mercados locales, reducir la dependencia alimentaria, elevar los ingresos y el bienestar para 85 por ciento de los productores que han estado abandonados.
En el caso del maíz amarillo, del que se importan al año 15 millones de toneladas, habrá un plan de ordenamiento de la producción en territorio nacional, con un sistema de incentivos.