Viernes 13 de julio de 2018, p. 8
5
Ha llovido en la ciudad.
Los recuerdos llegan a raudales.
En tu corazón llueve aún.
20
Un diminuto pájaro
aparece suspendido y sorprendido
en el aire.
Encuentra mis ojos azorados
durante un pequeño instante
de eternidad
y antes de iniciar el vuelo,
desaparece.
22
Oscura soledad que el tiempo ahonda
cuando los años caen como presagios
y acaso quedan solo los resabios
de una llama que la ceniza ahoga.
Cuando voy ausente ya de suaves labios
que otrora me llenaron de congoja
y ya la muerte espero que recoja
estos despojos que me quedan varios,
siento una pesadez, una tristeza
por aquello que viene con premura
tratando de romper esta corteza,
esta profunda piel, esta armadura,
sin encontrar más nada que certezas
del tiempo que acabó, que ya no dura.
28
El otoño ha llegado.
Un viento frío corre
por la ladera de los montes.
Ha venido del mar,
se mete por las calles del puerto
y hace que las ventanas
antes abiertas al verano
se empiecen a cerrar.
Llega y despliega
sus alas transparentes
que anuncian el arribo
del frío
y la melancolía.