Domingo 22 de julio de 2018, p. 9
La derrota que sufrió el PAN el pasado primero de julio es expresión de una crisis institucional que vive el partido de tiempo atrás y que lo ha convertido en un espacio de grupos, liderazgos regionales y principados estatales, dijo Luis Felipe Bravo Mena, ex dirigente nacional de esta fuerza política.
En entrevista con La Jornada, hizo un llamado a la militancia a reflexionar sobre las fallas internas de fondo, y no caer en las vendettas, en echarse culpas o querer cortar cabezas, pues implicaría ir de la derrota electoral al desastre institucional y, entonces sí, Acción Nacional estaría en peligro de perder su registro.
Dirigente nacional cuando el blanquiazul ganó la Presidencia en 2000, recordó que en ese año, se alcanzó la cota de votación y de respaldo ciudadano más grande que ha tenido esta fuerza política. Pero después se ha vivido un declive.
Bravo Mena consideró que el año pasado, se ganaron gubernaturas porque el partido recogió el voto de castigo ante el desastre del actual sexenio. Esos triunfos llevaron a pensar que el PAN se estaba recuperando, pero fue un espejismo.Acción Nacional no ha resuelto el problema institucional que trae desde hace varios años y que tiene que ver con el grupismo
.
Además de la crisis interna, el ex candidato al gobierno mexiquense en dos ocasiones, reconoció que hubo errores en la campaña presidencial que derivaron en la derrota del PAN. Por ejemplo, se entró en una cosa bizarra
, de luchar por el segundo lugar, pensando que se produciría el voto útil, cuando estaba a la vista que ello no sucedería.
Debió haber un viraje profundo en la campaña para abandonar este diseño y tomar otra vía, pero no hubo tiempo, subrayó en sus oficinas de la llamada Torre Azul, donde asumió que en los resultados obtenidos también influyó el buen desempeño del abanderado presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador.
Defensor de la alianza de AN con PRD y Movimiento Ciudadano, manifestó su aprecio de que personajes inteligentes, audaces y polémicos, como Jorge Castañeda y otros, estuvieran en la campaña de Ricardo Anaya, quien los convirtió en su estado mayor. Eso fue muy bueno, pero sí faltó más PAN ahí. Fue el mismo error que cometió Vicente Fox
, puntualizó.
Bravo estimó que la inclusión de esas personas es valiosa, pero genera distanciamiento del partido, donde la militancia ve los comicios como observador y no como participante.
Para reconstruir a esta fuerza política, el ex senador propuso reinstitucionalizarla, lo que implica que el peso de grupos, cacicazgos y principados estatales no sea determinante, sino el colectivo de ciudadanos. Igualmente significa que las autoridades del partido estén al servicio de la institución y no de las corrientes, y que funcionen los órganos de deliberacion para decidir estrategias y líneas políticas.
Implica que los grupos legislativos sepan que son brazos ejecutores de las estrategias programáticas del instituto, no cotos de poder de unos señores que se consideran intocables porque son legisladores, y que el militante sea congruente con la filosofía y el programa del partido, no que cada quien ande por su lado.
Propuso que los órganos internos del blanquiazul se conviertan en espacios de deliberación en la toma de decisiones democráticas. Incurrimos en el espejismo de que haciendo que los militantes votaran en la elección del presidente del partido, se democratizaba el partido, pero fue lo contrario, pues los cacicazgos y los principados se dedicaron a afiliar para influir en los resultados. Una medida democrática acabó dañando la vida democrática del PAN.
El actual fiscal anticorrupción panista dijo que hay que acabar con los grupos, las decisiones unipersonales y los encriptamientos de las determinaciones. Recordó: en AN “las decisiones se cocinan entre cuatro o cinco, las llevan a los órganos de decisión –previamente controlados y apalabrados– y ya no hay debate, cuando antes la vida del partido era el debate”.
Si el PAN no vuelve a ser una institución democrática, acabará siendo una franquicia bajo el dominio de algunos vivales, que por ahí se hacen de votos para sus intereses, advirtió.
Otra medida que planteó Bravo Mena es ciudadanizar al panismo y que se acompañe a los gobernantes surgidos de sus filas, pero que ellos cuiden al instituto. No son dueños del partido, ni tiene por qué pensarse como grandes electores, por más que sean gobernadores y presidentes de la República.
Por último, recomendó generar el surgimiento de liderazgos con valores que digan algo más que una frase bonita, pues si algo reveló esta elección es que no es la mercadotecnica, ni el Photoshop o el manejo de las redes lo que quieren las personas. La gente se fue donde había valores, dónde había algo frente al agotamiento del sistema.