Pide al virtual presidente electo que permita que lo cuide el Estado
Cisen, Estado Mayor Presidencial, crimen organizado... El titular de la política interna repasa los temas nacionales en el contexto actual. Admite que en seguridad ha habido una visión insuficiente y una evaluación equivocada
, lo que coloca al país ante un monstruo que ya se siente
Lunes 23 de julio de 2018, p. 10
Con Andrés Manuel López Obrador, México vivirá no sólo un cambio de gobierno, sino de régimen, porque va a tener mayorías legislativas incluso en congresos locales. El virtual presidente electo tiene una amplia legitimidad
en la votación, afirmó el secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, al dar su perspectiva de futuro.
En entrevista con La Jornada abre también un espacio para la autocrítica. Admitió que en materia de seguridad ha habido una visión insuficiente y una evaluación equivocada
lo cual derivó en debilidad institucional. Esto pone al país frente a un monstruo que ya se siente
no sólo de trasiego internacional de drogas, sino también de consumo interno y adicciones.
En víspera de la transición, el responsable de la política interna, maestro en derecho penal y ex procurador de Justicia del estado de México, pide a López Obrador una sola cosa: permita que lo cuiden
, porque de lo contrario habrá riesgos. En tanto, a Olga Sánchez Cordero, próxima secretaria de Gobernación, le desea suerte y se extiende en halagos hacia su colega. La ministra es una extraordinaria jurista, una mujer valiente. Respeta mucho la ley
.
Aquí un resumen de la conversación con quien ocupa la secretaría desde enero pasado:
–¿Le han pedido información, antes de la instalación de la mesa de transición?
–Hay un gran ambiente de colaboración y me da mucho gusto. Esperamos que inicie la transición y que el Presidente nos autorice a sentarnos con nuestros pares.
–¿Mientras tanto abordan algún tema en particular?
–No hemos llegado a ese detalle. Tengo la impresión de que se están poniendo de acuerdo a escala interna.
–La ministra en retiro dijo que tiene carta abierta
para discutir temas como la legalización de drogas, ¿qué opina?
–El tema es qué tipo de drogas [se legalizarían] porque las organizaciones criminales no se dedican a un solo tipo, por lo que la legalización de un tipo no creo que cambie la actividad completa. Sin embargo, merece el beneficio de la duda. Deseo de todo corazón que tenga éxito.
–¿Cuál es su visión ante los cambios propuestos para el Centro Investigación y Seguridad Nacional (Cisen)?
–En México se hablaba desde la década de 1980 de tres órganos civiles de inteligencia que no se pudieron concretar: uno dedicado a la seguridad nacional, otro al trasiego de drogas y uno más a la seguridad pública; un tripié que no se logró hacer funcionar completamente y ha quedado medio mezclado.
–Entonces, ¿no ve riesgos en esta transformación del Cisen?
–Veo retos para las áreas que se pretendieran cubrir con más especificidad.
–¿Le parece, como se ha comentado en algunos ámbitos, que el plan de López Obrador, tiene halo de revancha política?
–No. Veo un claro lineamiento de una política distinta; esta elección [del primero de julio] no es para mí sólo un cambio de gobierno, sino de régimen, por la forma en que se presentaron los resultados, una época distinta.
–¿Cambio de régimen?
–Sí, porque desde hace muchos lustros un presidente de la República no tenía, como este [virtual] presidente [electo], las mayorías legislativas, incluso en los congresos locales. También mayor posibilidad de ejecutar políticas públicas. Tiene una amplia legitimidad en la votación, y sus competidores más cercanos, a escala de partidos, quedaron con un rezago que implicará un replanteamiento del sistema de partidos.
–Entonces no lo dice con una connotación negativa...
–No. Lo digo con una connotación positiva. La renovación de los países... de sus pueblos, con tanta capacidad de cambio es algo positivo cuando se hace en paz.
–¿Compartió usted la advertencia de que López Obrador era un peligro para México
o que nos convertirá en Venezuela
?
–Ese tipo de afirmaciones se dan en el seno de una campaña o por parte de intereses específicos; la única manera de disiparlos es con los hechos. Y en los hechos, lo que está demostrando Andrés Manuel López Obrador es que lo quiere es un gobierno con unidad nacional. No sólo con mayorías legislativas, sino con alto grado de consenso.
–¿Qué va a entregar este gobierno en términos políticos?
–Un país en paz, con instituciones, listos para enfrentar nuevos retos. Es el compromiso del Presidente [Peña Nieto] en el sentido de que la democracia vale y se entrega un país en paz.
–¿Estamos en paz?
–Estamos en paz. En algunas regiones hemos tenido niveles de violencia criminal, delincuencial, que se deben combatir.
–¿Qué ocurre en la pugna entre grupos criminales?
–Hay una transición entre la caída de grandes organizaciones criminales. Esta caída generó una balcanización de grupos locales [lo cual] ha generado una violencia inusitada en el país. Esto se tiene que resolver pronto, porque mientras no haya un freno institucional, lo que vamos a tener al rato es un monstruo, que ya se siente. No es un tema [sólo] de trasiego internacional de drogas, [sino, además] de dominación de los mercados de consumo interno.
–Hoy día tenemos niveles sin precedente de personas no localizadas, de homicidios dolosos... ¿En qué fallaron?
–No se pudo definir el modelo policiaco en municipios y generó también problemas en los estados. La generación de un sistema nacional de seguridad se sobrecargó de requisitos burocráticos sin tener modelos homologados claros. Era muy difícil para las entidades cumplir por diversas razones, incluida la infiltración del crimen en sus policías. No le pusieron bien las patas a la mesa; no se planteó cómo debería quedar estructurada la Procuraduría General de la República y sus pares estatales. Llevamos meses sin un procurador general en firme.
–¿Qué concluye?
–El modelo de justicia que se siguió hace ocho años nos dio un ornitorrinco. Por un lado faltan facultades para plantear bien una guerra contra el crimen y hay un exceso de garantías que hace que [los presuntos delincuentes] entren por una puerta y salgan por otra en delitos graves, como portación de armas o distribución de drogas.
–¿Fallaron todos? ¿Los tres poderes de la unión?
–Fue una visión de país que en los hechos ha demostrado fue insuficiente. No quisiera hablar de un Estado fallido, porque no lo es. Diría que fue insuficiente, que hubo una evaluación equivocada para la situación que se estaba viviendo.
–Eso suena a que quisieron abarcar mucho y apretaron poco.
–Sí. No se ubicó de manera clara dónde se quería poner el acento como sociedad; por ejemplo, se privilegió el tema policiaco por encima de la rehabilitación del consumo de drogas.
–¿Se elevaron también los niveles de impunidad?
–Sí, en la medida en que se debilitaron los órganos de procuración de justicia y el sistema de justicia [penal] tampoco ayudó a resolver el problema.
Mi preocupación es real
Al finalizar la charla, Navarrete Prida es enfático al hablar de la protección para López Obrador, quien ha dicho que enviará al Estado Mayor Presidencial de vuelta al Ejército y que buscará alguna otra forma de custodia, para no perder el contacto con el pueblo.
Si no lo cuida un órgano del Estado, habrá riesgo, y no lo digo porque tenga algún dato, sino porque el riesgo existe... Permita que lo cuiden porque [el Presidente] forma parte del Estado nacional, por encima de gobiernos y de personas. Mi preocupación, como secretario de Gobernación, es real
.