La jefa de Gobierno electa, Claudia Sheinbaum Pardo, heredará una ciudad con fugas subterráneas a lo largo de los 13 mil 500 kilómetros que integran la red hidráulica, en las cuales se pierde cerca de 40 por ciento del agua potable que se extrae de acuíferos locales o se trae del acueducto Lerma, así como de los sistemas Cutzamala y Chiconautla para satisfacer las necesidades de los 9 millones de habitan-tes de la capital del país y otros 5 millones de población flotante.

El director del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex), Ramón Aguirre Díaz, señaló que estaba previsto arrancar en el segundo semestre de 2017 el proyecto denominado 24-7, cuyo fin era terminar con los cortes y tandeos para que todos los capitalinos tuvieran servicio con buena presión 24 horas, los siete días de la semana, lo que hoy día ocurre sólo en alrededor de 25 por ciento de las colonias.

El proyecto quedó en el tintero por dos cosas: el recorte del presupuesto federal que se otorga a la Ciudad de México en materia hídrica, que nos dejo poco dinero, y a que se trata de una obra que requiere de un contrato mínimo de cinco años. Entonces se decidió que fuera la nueva administración la que viera las bases de la licitación, explicó.

En entrevista, Aguirre Díaz puntualizó que las autoridades entrantes deberán decidir si llevan a cabo este programa, en cuya elaboración participaron los mejores expertos del mundo. El gurú del Banco Mundial en fugas estuvo una semana en la Ciudad de México revisando el proyecto, ejemplificó.

Aseguró que si se logran reparar las fugas ya no faltaría agua, tal vez no se tiene servicio de 24 horas en todas las delegaciones, pero sí habría uno más o menos regular.