París

Emma Thompson no se muerde la lengua. La actriz británica, que viajó a París para presentar su película The Children Act (La ley del menor), denuncia las desigualdades en el cine en la época de #MeToo, aunque considera que no se trata de ser como los hombres.

Faltan mujeres en la industria del cine, asegura la actriz. Siempre ha sido así. Ellas empiezan a entrar en los equipos de cámara, pero todavía no he visto ni una sola electricista. Si una mujer quiere serlo ¡es imposible!, afirmó.

Según la actriz de 59 años, quien ganó un Óscar en 1993 por su papel en Howards End y otro en 1996 por el guion de Sense and Sensibility, todavía queda mucho camino por andar.

Agregó: Pero creo que lo que está pasando ahora es muy interesante y que hay muchos cambios. Esta nueva generación, la que viene detrás de la mía y de la de mi hija, vivirá muchos cambios muy pronto.

Generación retrógrada

Tengo la impresión de haber formado parte de una generación muy retrógrada, que tenía opiniones muy binarias sobre los hombres y las mujeres; de haber crecido rodeada de modelos bastante primitivos. Esos hombres viejos ahora se van todos, son dinosaurios, ¡gracias a Dios!, expresó.

Thompson se considera afortunada por haber tenido una carrera de éxito como actriz, pero nosotras sólo somos una pequeña parte de la sociedad (...) para las mujeres de color es muy duro.

En La ley del menor, del británico Richard Eyre, una historia basada en un libro y un guion de Ian McEwan, Thompson interpreta a Fiona Maye, una juez de asuntos familiares que tiene que pronunciarse en el caso de un niño enfermo, testigo de Jehová, que rechaza una transfusión de sangre.

Es una mirada muy poco habitual, ambivalente, compleja sobre la vida de alguien, y en particular sobre la de una mujer (...) en un mundo de poder patriarcal, jerárquico, señaló.

Thompson está a punto de retomar su papel de Nanny McPhee, una niñera con poderes mágicos, en una comedia musical.