El gobierno de Estados Unidos busca evadir su responsabilidad internacional con los refugiados al insistir en hablar con México sobre firmar un acuerdo con el que nuestro país se convertiría en la primera opción de refugio para quienes lo solicitan al vecino del norte, coincidieron especialistas en migración.

En una reunión el 30 de julio con Alfonso Navarrete Prida, titular de la Secretaría de Gobernación (SG) de México, la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kirstjen M. Nielsen, abordó el tema de solicitantes de asilo. “Nielsen resaltó la necesidad de tomar medidas audaces a fin de proporcionar protección a los refugiados y solicitantes de asilo y para ampliar conjuntamente las acciones dirigidas a los migrantes que no califican para protección.

Los dos afirmaron que hay grandes desafíos en la región y asumieron compromisos específicos a fin de emprender acciones inmediatas para enfrentarlos, informó la oficina estadunidense en un comunicado.

Ello, entre versiones sobre pláticas del gobierno de Estados Unidos con el mexicano sobre un acuerdo conocido como Tercer País Seguro, con el cual el país se convertiría en una especie de filtro para personas que solicitan refugio al vecino del norte.

Molly Goss, gestora de familias trasnacionales del Instituto para las Mujeres en la Migración (Imumi), explicó en entrevista que la organización está bajo el entendido de que dichas pláticas se han detenido; sin embargo, persiste la versión de que continúan.

Imumi señaló que México no debe firmar un acuerdo para convertirse en un tercer país seguro, porque detiene o priva de la libertad a la población solicitante de asilo, la deporta o le impide regresar a buscar refugio.

Según cifras de la SG, recogidas por Imumi, de enero a junio se dieron 64 mil 222 actos de detención, de los cuales 81 por ciento terminaron en deportación.

Eunice Rendón, coordinadora de Agenda Migrante, señaló que cualquier idea para concretar un acuerdo de esta clase es incorrecta, porque no considera la realidad de México.