A pesar de que en los pasados 25 años el país amplió sus niveles de escolaridad en 33 por ciento, la productividad apenas aumento 7 puntos, señaló el subsecretario de Educación Superior de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Rodolfo Tuirán Gutiérrez.

Desde su perspectiva, esta situación se debe esencialmente a la combinación de una baja cobertura que todavía tiene el país en el nivel de educación superior, con una disminuda calidad de la misma y elevados índices de deserción escolar.

Nuestro país tiene niveles de cobertura casi universales en educación básica, (mientras que) en educación media superior van en aumento, pero no así en la educación superior donde los niveles de cobertura están por debajo de 40 por ciento, destacó.

Estas cifras, dijo, son realmente una paradoja, porque a pesar de los grandes avances en la escolaridad, los trabajadores hoy no son mucho más productivos de lo que eran hace un cuarto de siglo.

“La educación es sin duda un pilar para aumentar la productividad, pero no basta con mayor escolaridad, necesitamos activar las competencias –entendidas como la capacidad de vincular el conocimiento teórico con las habilidades practicas– y si éstas no van de la mano no iremos a ningún lado”, opinó.

Dijo que la deserción escolar es aún más grave a partir de la educación media superior, ya que cada año casi 250 mil jóvenes abandonan sus estudios; mientras que en el nivel superior lo hacen 384 mil estudiantes.

En una reunión que tuvo con el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, Tuirán se refirió al Diagnóstico sobre la Estrategia de Competencias, Destrezas y Habilidades de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, el cual señala que cerca de 30 por ciento de los mexicanos no está suficientemente calificado para un empleo.

En este sentido, consideró que la consecuencia de todo esto es el problema de desempleo grave entre los jóvenes y sus precarios ingresos ya que “quienes abandonan la escuela son jóvenes que llegan al mercado con pocas habilidades, mientras que otros que no tienen acceso a una educación de calidad tampoco tienen muchas destrezas para insertarse en ambientes competitivos.

No basta con formar a los jóvenes, hay que activar sus competencias y la calidad de las mismas. El gran reto de México hoy en día es garantizar que el sistema de formación de habilidades se articule con la estructura de la economía, concluyó.