La presencia de sargazo en las playas del Caribe, sobre todo en Quintana Roo, es un desastre ecológico. Se duplicó la cantidad registrada en 2015 y puede generar una catástrofe económica, ya que afecta al turismo, la principal actividad de la región, sostuvo la experta Brigitta Van Tussenbroek, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Aseveró que hace falta un órgano que dirija esfuerzos para manejar las algas de forma adecuada. Los intentos a pequeña escala no son suficientes. La cantidad que hay sobrepasa el esfuerzo de las autoridades municipales y a los hoteleros, explicó mediante una videoconferencia en Ciudad Universitaria. Señaló que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) sólo intervino en 2015 con lineamientos para el retiro de las algas de las playas.

Un hotel llega a pagar un millón de pesos al mes por retirar las macroalgas cafés que afectan a prácticamente todo el Caribe. En 2015, cuando se presentó el mismo fenómeno entre junio y octubre, había en promedio 9 mil 726 metros cúbicos de sargazo por kilometro de costa, ahora se estima el doble, y en aquella ocasión en más de 90 por ciento de las playas no se removió.

A diferencia de hace tres años, el sargazo comenzó a llegar a las playas en marzo y se prevé que deje de aparecer en octubre. El problema es que una vez en tierra no se sabe qué hacer con él. Debido a que es materia orgánica, cuando se descompone produce malos olores, por el ácido sulfhídrico, el cual no se ha medido para saber los daños que ocasiona a la salud ,y las autoridades no intervienen.

Recordó que se aplican lineamientos que la Semarnat estableció en 2015 para retirar el sargazo de las playas, mismos que deben actualizarse, ya que incluyen enviar un aviso a la dependencia para su recolección. En esta ocasión 16 hoteleros lo han hecho, pero en general lidian con el problema como pueden, sin regulación centralizada ni control para depositar el sargazo. No se sabe cuál es el destino final.

Van Tussenbroek llamó al establecimiento de un reglamento para recoger las algas, transportarlas y definir su disposición final. Aseveró que ante este problema ambiental no hay suficiente investigación y lo que se sabe es que eleva la contaminación; aumenta hasta 100 veces los daños causados directamente por la actividad humana.

Refirió que en el desarrollo de esta alga incide el cambio climático, que modifica el patrón de las corrientes marinas. Advirtió que si no se toman medidas, el mar azul turquesa y las playas blancas dejaran de existir. Precisó que no había llegado tal cantidad de algas a las playas mexicanas, las cuales no se deben dejar ahí porque ocasionarán daños a los arrecifes, manglares, pastos marinos y la arena.

Las plantas acuáticas llegan al caribe mexicano desde el Mar del Sargazo, ubicado en el norte del Trián-gulo de Bermudas, y también provenientes de las costas de Brasil, donde empiezan a acumularse. De ahí se dirigen al Caribe. La investigadora, acompañada de la experta Marta García, quien estudia el fenómeno de este año, señaló que el sargazo tiene capacidad de cambiar los ecosistemas, por lo que su presencia ya es un desastre natural.