En Barranquilla se conjugaron varios factores que fueron determinantes para el campeonato en los Juegos Centroamericanos y del Caribe con la obtención de las 132 medallas de oro, 118 de plata y 91 bronces que dio un total de 341 metales, ganancia superior a lo obtenido en Veracruz 2014.

En la justa colombiana, México compitió con la segunda delegación más numerosa de 675 deportistas después del país anfitrión. Inscribieron a 372 hombres y 303 mujeres. Las damas, siempre presentes en la mayor producción de metales desde hace 16 años, esta vez aportaron 183 por 136 de los hombres. Dieron 68 títulos contra 51 de los varones.

Más allá de los resultados que ya están en los registros históricos de los juegos más antiguos de la región, la entrega, el coraje, la fuerza mental y, sobre todo, la actitud que derrocharon los deportistas nacionales echaron abajo los pronósticos de sus propios directivos que manejaron la versión de pelear el subcampeonato.

Hasta los cubanos y colombianos estaban sorprendidos por el alud de medallas de los mexicanos en las disciplinas que antes dominaban. No sólo les quitaron preseas, sino hasta récords del certamen.

Los tricolores participaron en las 47 disciplinas del programa de Barranquilla que se incrementaron en comparación a Veracruz 2014. Ahora fueron 470 pruebas y la incursión de las modalidades mixtas, en la que los tricolores generaron una buena cosecha de 22 preseas: 13 oros, cinco platas y cuatro bronces, fueron la dosis extra para reafirmar el campeonato centroamericano con un liderato en el medallero que comenzó el segundo día de competencias hasta el final en las tres semanas que duró la justa.

Las pruebas mixtas fue algo novedoso para la natación y sus relevos ganaron títulos. Se darán el gusto de decir que son los primeros campeones no nada más del área, sino del mundo, porque es la primera ocasión que compiten hombres y mujeres juntos.

Los representantes de ecuestre, que paticiparon en la subsede de Bogotá, aportaron el mayor número de doradas en estas pruebas mixtas.

Potencia mundial

México demostró su nivel mundial en deportes que son potencia y dominaron: clavados, tiro con arco, natación artística, tiro, taekwondo, raquetbol y pesas.A la avalancha de metales se sumaron las de ciclismo (superó expectativas de su federación), gimnasia (con sus tres especialidades), remo, boxeo y atletismo, aunque esta última de las 25 a 30 preseas estimadas, apenas alcanzó 17.Sin embargo, la natación, en sus cinco disciplinas, fue el máximo generador de metales con 64: 43 de los nadadores, 10 en clavados, siete de nado sincronizado (ahora artística), tres en aguas abiertas y una con el equipo femenil de polo acuático.En lo individual, una vez más destacaron las mujeres, donde los nombres de Nuria Diosdado, Paola Longoria, Alejandra Valencia, Aída Román, Samantha Terán, Alejandra Zavala, Liliana Ibáñez, Linda Ochoa, Fernanda González, se combinaron con la llegada de jóvenes talentos que dieron frescura a la delegación. Algunas fueron derrotadas por esas nacientes promesas a las que superan por más edad y larga experiencia.

Con escaso apoyo, los debutantes subieron al podio por primera vez en diferentes disciplinas. Talento se tiene y no hay que perderlos.En los deportes de conjunto, el Tri femenil levantó el honor del futbol con su bicampeonato, tras la debacle de los varones que se sumó al beisbol y basquetbol, plagado de profesionales.

La hazaña, como bien lo enfatizó la jefa de misión, María José Alcalá, es de los atletas, de sus entrenadores y grupos multidisciplinarios. Vencer a Cuba tampoco es señal de triunfalismo.

Un antes y un después marcó Barranquilla. Para varios comenzó la despedida de una generación dorada y para otros su presen-tación al ciclo que continuará con los Panamericanos de Lima 2019, los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y el siguiente encaminado a París 2024 que afrontará el presidente electo Andrés Manuel López Obrador con la persona que designe en la dirección general de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade).