Buenos Aires

Con marchas, bombos, pañuelazos e intervenciones, mujeres se movilizaron este domingo para hacer oír su reclamo en pos de la legalización del aborto en Argentina, en la recta final antes del tratamiento de un proyecto de ley –avalado por la Cámara de Diputados– el miércoles en el Senado.

En el Parque de la Memoria, en la zona norte de Buenos Aires, 32 mujeres vestidas como las criadas de The Handmaid's Tale, con cofia blanca y vestido rojo, caminaron frente a los muros donde están inscritos miles de nombres de víctimas de la última dictadura (1976-1983).

Frente al Río de la Plata, donde fueron arrojados vivos desde aviones muchos presos políticos en aquella época, las manifestantes alzaron sus pañuelos verdes, símbolo de la lucha por el aborto legal.

Esta acción nos ayuda a transmitir lo que no está siendo escuchado. Los abortos ocurren y necesitamos que se hagan en un lugar seguro, abierto a la comunidad, a todas las mujeres, afirmó Bernardina Rossini, una de las participantes.

Algunas se abrazaban, otras lloraban de emoción. La mayoría tienen entre 30 y 60 años, una está embarazada y entre ellas también desfila una niña con su madre.

Es una manera de decir este mensaje: sobre nuestro cuerpo queremos decidir nosotras, insistió Rossini.

Impulsora de la iniciativa, la periodista Claudia Acuña explica por qué eligió ese sitio de memoria para la intervención, que ya se había llevado a cabo dos veces frente al Congreso y se repitió en otras provincias.

La democracia está en nuestras manos y tenemos que defenderla. Ya no sólo estamos hablando de aborto legal o clandestino, sino de democracia o totalitarismo, dijo Acuña.

Presión de iglesias y sectores conservadores

Como muchas de sus congéneres, se resiste a pensar en la eventualidad de que el miércoles los senadores rechacen el proyecto de legalización del aborto hasta las 14 semanas de gestación, que fue aprobado en la Cámara de Diputados el 14 de junio, tras un debate histórico, por un escaso margen de 129 a 125.

En el Senado se va imponiendo el rechazo, tras una fuerte presión de las iglesias y de los sectores más conservadores que activaron la militancia en defensa de las dos vidas, el lema de los que se oponen a la legalización.

Las presiones llegan lejos. En la Casa Argentina en París, que depende del Ministerio de Educación argentino, los residentes denunciaron represalias por haber realizado una acción por la legalización del aborto, aseveró tras quitarse la cofia Daniela Gutiérrez.

No voy a dedicar ni un minuto a especular sobre la posibilidad del rechazo. Hoy sale o sale. Esa es la actitud, tenemos que dedicar todo el tiempo a que salga la ley, sostuvo Acuña.

En otra zona de Buenos Aires, frente al Congreso, decenas de mujeres con sus pañuelos verdes se reunieron, mientras otras marchaban con bombos por calles de Buenos Aires.

Fuimos un millón en la Cámara de Diputados, seamos dos millones, expresan e invitan a la vigilia de los pañuelos convocada para el miércoles frente al Senado.

En Argentina el aborto está despenalizado en caso de embarazos por violación o cuando está en peligro la salud de la mujer, pero según organizaciones civiles cerca de 500 mil clandestinos se llevan a cabo al año y alrededor de un centenar de mujeres mueren por esas prácticas