San José

El paso del tiempo no perdona. Esto vale para las esferas precolombinas de Costa Rica, monumentos de piedra localizados en la zona del Diquís, en el sur del país centroamericano, y declaradas patrimonio de la humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en 2014.

El ataque de microorganismos, las lluvias, los cambios de temperatura y el paso del tiempo provocan daños en algunas esferas, advierten los expertos del Museo Nacional de Costa Rica.

La más grande, llamada ‘‘El Silencio’’, es la de mayor deterioro. Tiene un diámetro de 2.5 metros; forma parte de un conjunto de unos 500 monolitos, algunos de tan sólo dos centímetros, esparcidos en la zona del Diquís y Sierpe.

Ante el fenómeno descubierto por los arqueólogos, un equipo de especialistas en conservación de México y Costa Rica examina e investiga la esfera mayor y otros ejemplares para determinar las medidas necesarias para evitar el deterioro.

‘‘Queremos construir un archivo para entender, desde muchas variables, de qué está enferma esa esfera, cuáles son sus padecimientos específicos y luego diseñar la toma de decisiones", explicó la mexicana Isabel Medina-González.