ás allá de la foto de ocasión, la aparente luna de miel que viven el presidente electo y el sector empresarial parece dar frutos inmediatos en materia de confianza, mejoría de la perspectiva económica y estabilidad de una relación que poco antes de los pasados comicios de julio se enfilaba a la ruptura total.

Ahora, en medio de sonrisas, abrazos y aplausos, el tabasqueño y los empresarios no sólo están a punto de turrón, sino que juntos hacen planes y dicen estar dispuestos a construir el tan anhelado México del futuro: justo, equilibrado y altamente desarrollado. Habrá que ver hasta dónde da el caramelo.

En vía de mientras, el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, campus estado de México, detalla que a lo largo de 2018 la confianza del sector empresarial ha mostrado señales de recuperación luego de que durante los años previos se había ubicado en los niveles históricamente más bajos desde que se tiene registro.

En su análisis semanal, del que se toman los siguientes pasajes, el CIEN señala que un comportamiento similar se presentó en la confianza del consumidor, la cual exhibió un repunte significativo en las cifras registradas en julio, crecimiento que no se observaba desde que se tiene la medición de dicho indicador.

Si bien el comportamiento mostrado por ambas variables es favorable, para que esto se traduzca en una mejora que impacte los niveles de crecimiento económico, su desempeño tiene que reflejarse en los niveles de inversión y consumo en lo que resta del año.

En julio la confianza empresarial de las manufacturas, construcción y comercio volvió a presentar una variación positiva en comparación con los resultados en el mismo mes de 2017. Medido en términos anuales, el principal elemento que motivó dicho comportamiento fueron las expectativas que los empresarios tienen en torno a la situación económica futura del país, ya que fue el componente de mayor crecimiento en los indicadores de confianza de los tres sectores económicos previamente mencionados.

Por otro lado, el factor que mostró menor dinamismo fue el que contempla el sentir empresarial sobre si actualmente es el momento adecuado para invertir, que si bien se ubicó en terreno positivo, su variación fue apenas marginal en los casos de las manufacturas y el comercio.

En cuanto a la confianza del consumidor, el mayor impulsor de la evolución positiva que presentó el indicador durante julio tiene que ver también con las expectativas del futuro de la economía. De esta forma, el elemento de mayor repunte es el que considera el sentir de los consumidores sobre la situación económica del país dentro de 12 meses respecto a la situación actual; fue el de mayor crecimiento tanto en términos anuales como mensuales.

En contraste, el incremento menos significativo se presentó en el componente que registra las opiniones de los consumidores en torno a la situación económica de los miembros del hogar en el momento actual comparada con la que tenían hace 12 meses.

Sin duda, la noticia que confirmó el cambio de administración tras las pasadas elecciones federales fue el mayor motivador que influyó en la mejora, particularmente de las expectativas de los consumidores. Hubo otros factores de menor peso que también contribuyeron en la mejora de las perspectivas empresariales y de los consumidores, como la recuperación en el tipo de cambio y la moderación en la evolución de la inflación.

Las rebanadas del pastel

De la lectoría sobre el robo de combustible: “Desde mi tierna infancia (años 50), ya tenía conocimiento de fortunas realizadas al amparo del ahora llamado huachicol, o sea, en los años 40 ya producía nuevos ricos. El huachicol, así como el narcotráfico, han sido socios y compadres del poder. El escándalo que ahora le dedican, queda claro, sólo es para efectos mediáticos” (José Minjares Robles, [email protected]).

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