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Edipo: nadie es ateo surge de imaginar escenas de alcoba de los gobernantes: David Gaitán

El dramaturgo lleva al teatro Juan Ruiz de Alarcón esta reflexión sobre política y verdad inspirada en la tragedia griega; cierra temporada el 23 de septiembre

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▲ En Edipo: nadie es ateo, todo transcurre en un salón; cuenta con la escenografía e iluminación del maestro Alejandro Luna.Foto cortesía de la producción
 
Periódico La Jornada
Domingo 12 de agosto de 2018, p. 3

La peste azota a la ciudad. Los animales caen muertos por todas partes, incluso en el palacio real. Sólo la verdad podrá salvar de la catástrofe. Edipo: nadie es ateo, obra escrita y dirigida por David Gaitán, retoma la tragedia griega en una versión propia en el teatro Juan Ruiz de Alarcón, en temporada que comenzó el 9 de agosto y concluye el 23 de septiembre.

El rey ha convocado a la ciencia y a las jornadas por la verdad. El culpable merece un castigo ejemplar.

¡Edipo, necesitamos tus ojos!, reclama su pueblo al forastero que se convirtió en rey de Tebas al vencer a la Esfinge. La pieza transcurre en un salón del palacio junto con su consorte Yocasta, su consejero Creonte, el visionario Tiresias y un mensajero que hace saber del sentir de los gobernados; cinco actores en escena.

Gaitán lleva al teatro universitario este episodio de la tragedia griega del hombre marcado por el oráculo para matar a su padre y desposar a su madre.

En un tiempo difuso, con un aparato de sonido en el que se emiten mensajes a sus ciudadanos, alusiones a aviones y música de guitarra eléctrica, transcurre la pieza en la que el joven rey reniega del pensamiento mágico, mientras el destino llega implacable.

En entrevista, el director y dramaturgo manifiesta que uno de los temas de su interés es la verdad como valor en crisis en esta época. “El mito de Edipo lo coloca sobre la mesa desde su origen.

A medida que rescribí esta pieza de teatro pude encontrar un puente entre conversaciones contemporáneas en torno al argumento de un clásico que tratamos de honrar con la obra.

Mensaje universal que ha trascendido el tiempo

Sófocles hizo trascender esta historia hace 2 mil 400 años. En Edipo rey, la primera pieza de la trilogía dramática, conocemos al protagonista, perseguido por el secreto de su origen, condenado a un destino trágico. A pesar de los siglos, continúa como un mensaje universal llevado a escena con frecuencia.

En el caso de Edipo: nadie es ateo, que transcurre en una escenografía e iluminación de Alejandro Luna, todo sucede en un salón, entre una gran mesa y una decena de sillas majestuosas. Nada más. Tensión, y erotismo toman el escenario en esta obra de un acto, no apta para menores de 15 años, en el foro del Centro Cultural Universitario.

Obra de alcoba

Me interesa la relación de lo privado con lo público, imaginar cómo es la vida íntima de quienes toman decisiones que afectan a las masas; por ejemplo, las pulsiones sexuales, narcisistas e inconscientes de los gobernantes que inciden en la sociedad. Es casi una obra de alcoba de Edipo y Yocasta, explica Gaitán.

La reflexión sobre política y la verdad, entre momentos de sexo desbordado, forman la pieza de casi dos horas, en las que el público es transportado hasta la urbe griega para ser testigo de este momento en el que los humanos descubren que no pueden escapar de los designios del oráculo.

Antes, Edipo ha renegado de la fe: Dios es un permiso intelectual.

Las funciones de Edipo: nadie es ateo son los jueves y viernes a las 20 horas, los sábados a las 19 y los domingos a las 18 en el teatro Juan Ruiz de Alarcón, que se ubica en el Centro Cultural Universitario, en Insurgentes Sur 3000.