Lunes 13 de agosto de 2018, p. 31
Ubicados en la parte alta de Tlalpan, en los linderos con Xochimilco, habitantes de Valle Verde y otros 20 asentamientos humanos se han visto envueltos en una maraña burocrática entre los gobiernos delegacional y central, que les impide tener certeza jurídica sobre sus predios, adquiridos a principios de la década de los 80.
En todos los casos, se trata de colonias consolidadas, que cuentan con los dictámenes favorables para su regularización y han cumplido con todos los requisitos que los gobiernos delegacional y central en turno les han impuesto, pero en cada cambio de administración se esfuman los sueños de que cambie el estatus de sus comunidades.
Han sido años de lucha, y nada. Durante las campañas electorales vienen por nuestro voto y todo es maravilloso, nos dicen que ahora sí van a regularizarnos, pero pasa la elección y se para todo, nos vuelven a decir que somos irregulares, que no tenemos derecho o cualquier otro pretexto
, expresó la señora Victoria Coria Alcalá, una de las primeras habitantes de Valle Verde.
Don Juan Cortés, quien llegó a esta comunidad cuando aún no había ni caminos, explicó que no son paracaidistas, sino que compraron en 1982 los terrenos por conducto de la asociación Manuel Crescencio Rejón. Cada familia levantó sus casas como pudo y en jornadas comunitarias se realizaron los trabajos para introducir los servicios urbanos, que año con año fueron logrando.
En 1987 el gobierno de la capital notificó que este paraje era parte del área de suelo de conservación, pero en 2010, con la aprobación del programa delegacional de desarrollo urbano de Tlalpan, se le otorgó la zonificación de la colonia y se determinó la factibilidad del cambio de uso de suelo.
Distribuida en una superficie de doce hectáreas, en la comunidad Valle Verde se instaló una cerca para evitar el crecimiento hacia el área verde y se construyeron pozos de absorción de agua pluvial, pero al igual que otros 20 asentamientos en condiciones similares, sus habitantes han estado inmersos en un laberinto de trámites, sin que se autorice la poligonal que les permitiría regularizarse.
Los vecinos aseguraron que desde las secretarías de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi) y Medio Ambiente (Sedema) se han puesto trabas y se ha detenido el proceso.
La última, refirieron, es la supuesta falta de pago por el daño ambiental ocasionado, según lo expresado por la Sedema, y en otras ocasiones, la instalación de una comisión de evaluación de asentamientos, pero lo cierto, consideraron, es que lo que no ha habido es voluntad para terminar con la zozobra e incertidumbre de cientos de familias.
En el primer caso, señalaron, se planteó hacer una condonación del pago ambiental con trabajo comunitario que no se ha aceptado, y en el segundo, ni la Seduvi ni la Sedema han firmado el cierre de la Comisión de Regulación Especial para Tlalpan y la apertura de la nueva comisión.