En sólo tres meses, de abril a junio, antes de los comicios del primero de julio, las delegaciones Coyoacán, Gustavo A. Madero, Iztacalco e Iztapalapa dieron prioridad al gasto destinado a ayudas en especie y transferencias de dinero con los recursos adicionales que les fueron autorizados por la Asamblea Legislativa, sobre la inversión en obra pública, mantenimiento e infraestructura.

De los informes que los mismos gobiernos delegacionales entregaron a la Secretaría de Finanzas (Sefin), se desprende que Coyoacán agotó en el segundo trimestre del año prácticamente 159 millones de pesos destinados a la entrega de tabletas electrónicas, 100 millones para útiles escolares y ejerció la mitad de 110 millones para transferencias de ayuda alimentaria, pero gastó sólo 18 por ciento de los más de 85 millones de pesos previstos para mantenimiento de unidades habitacionales.

En Gustavo A. Madero, de 500 millones de pesos adicionales, no gastó un solo peso en rehabilitación de escuelas, mercados públicos, red secundaria del drenaje, vialidades, pero en sólo tres meses gastó 68 millones de pesos destinados al programa Fomento al Empleo, que consistió en dar un apoyo de 2 mil 500 pesos a 27 mil 200 personas por recibir asesorías para aprender un oficio y adquirir insumos y herramientas para autoemplearse.

Ejerció también, en el mismo periodo, casi la totalidad de 27 millones para dar tinacos de 750 litros y 41 millones 500 mil pesos para regalar pintura vinílica, brochas, láminas y polines, y de 226 millones destinados a un programa nutricional por el que se entrega una tarjeta electrónica con mil 500 pesos, gastó casi 60 millones.

De 606 millones extra asignados, Iztapalapa tampoco aplicó lo que se destinó a mantenimiento de la red de agua potable y desazolve del drenaje, pavimentación y luminarias, pero de abril a junio le faltó ejercer 267 pesos con 53 centavos de 20 millones de pesos que destinó a regalar zapatos y tenis, y casi se termina también 10 millones para dar lentes y otros 10 millones para sudaderas, mientras gastó la mitad de otros 100 millones para dar pintura y 20 millones para aparatos auditivos, sillas de ruedas, bastones y andaderas.

Iztacalco tiene 300 millones adicionales para unidades habitacionales, caravanas de servicios, equipamiento de Cendis y podas, entre otros, pero sólo erogó 20 millones que tenía previstos para dotar de una canasta básica a familias de escasos recursos.