Ginebra

El ex secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y Nobel de la Paz Kofi Annan falleció tras una corta enfermedad a los 80 años, informó ayer la fundación que lleva su nombre.

Annan, de nacionalidad ghanesa, murió por la madrugada en un hospital en Berna, Suiza, comunicaron dos personas cercanas al diplomático, quien lideró Naciones Unidas durante los años críticos de la invasión a Irak y los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.

La Fundación Kofi Annan, que promueve el buen gobierno y la transformación de la agricultura africana, confirmó con inmensa tristeza el deceso del ex dirigente internacional explicando que estuvo rodeado en sus últimos días por su esposa Nane y sus hijos Ama, Kojo y Nina.

El carismático y discreto diplomático de carrera será recordado probablemente como el más popular del organismo, del que fue secretario general dos mandatos, de 1997 a 2006. Posteriormente se retiró a vivir en una zona rural de Ginebra.

El actual secretario general de la ONU, Antonio Guterres, expresó su tristeza por la muerte de su predecesor calificándolo de fuerza que guiaba hacia el bien. En muchos sentidos Annan fue Naciones Unidas. Fue ascendiendo gradualmente para acabar liderando la organización hacia el nuevo milenio con una dignidad y determinación inigualables, señaló en un texto.

Como jefe de las operaciones internacionales de paz, el diplomático ghanés tuvo presencia en la guerra de Bosnia y fue criticado por la incapacidad de Naciones Unidas para evitar el genocidio en Ruanda en la década de 1990.

En 2001, Annan y la ONU compartieron el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos para reformar el organismo mundial y dar prioridad a los derechos humanos. He procurado poner a los seres humanos en el centro de todo lo que hacemos, desde la prevención del conflicto y el desarrollo hasta los derechos humanos, sostuvo el diplomático en su discurso al aceptar el galardón.

Annan se opuso firmemente a la invasión de Irak liderada por Estados Unidos en 2003 y fue el primer enviado de la ONU para la guerra en Siria en 2012, pero renunció después de que las potencias mundiales no cumplieran los compromisos pactados.

La ex presidenta de Chile, Michel Bachelet, designada alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU, expresó que se extrañará el liderazgo de Annan, cuyo deceso suscitó innumerables reacciones y homenajes de líderes y organizaciones de todo el planeta.

En tanto, Audrey Azoulay, directora general de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, recordó en un homenaje a Annan que en 2011, escribiendo para una publicación de la Unesco, el diplomático ghanés sentenció: Necesitamos actuar a un nivel más profundo para prevenir los conflictos violentos antes de que surjan. Necesitamos una cultura de paz. El primer y fundamental principio de tal cultura debe ser la tolerancia.

En este contexto, la canciller federal de Alemania, Angela Merkel, definió a Annan como un destacado estadista al servicio del mundo.

Por separado, la primera ministra de Reino Unido,Theresa May, calificó en Twitter al fallecido ex secretario de la ONU de gran líder y reformista que hizo una gran contribución a que el mundo que ha abandonado sea un lugar mejor que el que lo vio nacer.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo en un telegrama que fue de gran importancia la aportación personal (de Annan) a la ampliación del potencial pacificador de la ONU y a la solución de una serie de conflictos regionales. El mandatario de Francia, Emmanuel Macron, expresó en Twitter que no olvidaremos ni su mirada tranquila y firme ni la fuerza de sus luchas.

El grupo Elders (término inglés que significa mayores o ancianos), cofundado por Annan y Nelson Mandela, afirmó que el ex dirigente tuvo una voz de gran autoridad y sabiduría en público y en privado.