México requiere generar 5 millones 686 mil 220 empleos de calidad para atender a la población que no tiene trabajo y a la que necesita otro ingreso con el fin de satisfacer sus necesidades económicas, resaltó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp).

Destacó que la única manera de reducir la pobreza es la creación de empleos de calidad, con registro formal, un ingreso que permita satisfacer las necesidades familiares y en los cuales el trabajador tenga servicio de salud.

Señaló que de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) durante el segundo trimestre de 2018 se registraron 3 millones 828 mil 60 subocupados dispuestos a trabajar más, y un millón 858 mil 160 desempleados que necesitan una oportunidad, lo que a decir del Ceesp representa un crecimiento en la demanda de empleo de calidad de por lo menos 42 mil 866 plazas más que el año pasado.

Sustentó su dicho al señalar que durante el segundo trimestre de 2018 la subocupación se ubicó en 3 millones 828 mil 60 personas, lo que significó un aumento de 54 mil 866 mexicanos; mientras el desempleo se redujo en 12 mil personas, por lo que las necesidades mínimas de trabajo de calidad serían de esas 42 mil 866 plazas, aunque en términos reales la cifra aumentaría a 5 millones 686 mil 220 puestos, que suman los necesitados de trabajo y los dispuestos a trabajar más, ya que la mayoría de las plazas generadas en los años recientes se encuentran en los niveles mínimos de paga.

El Ceesp acotó que para generar empleos de calidad el sector privado requiere incentivos para invertir, pero, por el contrario, ganan terreno la corrupción, la impunidad, la ausencia de estado de derecho y la inseguridad.

Refirió que de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, durante el segundo trimestre de 2018 se crearon un millón 586 mil 646 empleos; sin embargo, se trata de puestos de trabajo que se concentran en los niveles salariales más bajos, con lo que se agudiza la precariedad del mercado laboral y pone en riesgo la dinámica del consumo.

Detalló que del total de personas que se ocuparon durante el año pasado, un millón 138 mil 764 percibe hasta un salario mínimo, y un millón 168 mil 369 personas trabajan por dos minisueldos.

En sentido contrario, la población ocupada que recibe ingresos de más de dos y hasta tres salarios mínimos se redujo en un millón 200 mil 191 personas; el grupo de quienes ganan más de cinco se redujo en 357 mil 215 personas; y en contraste el segmento de los que ganan de tres hasta cinco aumentó en 381 mil 109.

El grupo que recibe más de cinco salarios mínimos se redujo a 357 mil 215 personas.

La precariedad del mercado laboral es un factor que puede contribuir a limitar el mayor ritmo de crecimiento de la actividad productiva del país, debido a que el consumo depende en buena medida de eso, advirtió el Ceesp.

La principal solución, enfatizó, es la generación de empleo por el sector privado, pero, acotó, para que los empresarios instalen más fuentes de trabajo es necesario que perciban un ambiente de negocios que sirva como estímulo para invertir y crear más plazas de calidad.

El centro señaló que las necesidades de la población son evidentes, pero los estímulos para invertir son limitados, y frente a ellos hay factores de peso, como el bajo crecimiento económico, ausencia de estado de derecho, corrupción, impunidad, inseguridad, exceso de regulación y otros factores que siguen ganando terreno.