Como pilar de la política social del Estado mexicano, al Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) se le debe continuar fortaleciendo, innovarlo y proveerle salud financiera, porque no es una institución del gobierno, es de los trabajadores, y a resguardar sus intereses nos hemos abocado en los últimos seis años, afirmó el director general del instituto, David Penchyna Grub.

En entrevista, ponderó el salto cuantitativo y cualitativo de los servicios prestados a 60 millones de mexicanos a través de 10 millones de créditos, durante casi medio siglo de existencia. También confirma la entrega de 3 millones y medio de créditos para cuando concluya la presente administración. Y recomienda al futuro gobierno federal mantener la política de financiamiento, colocando en el centro de la atención al trabajador.

Resultado de la observancia de renovadas normas de organización y programas de fortalecimiento interno, la evolución del monto promedio de financiamiento en los últimos seis años se incrementó notablemente: en 2012 era de 263 mil 113 pesos; para 2015, la cifra se ubicó en 304 mil 948; y, a julio del presente, promediaba 396 mil 447 pesos, revelan datos del Comité de Planeación del Infonavit.

El gobierno de la República cuenta con una institución del Estado mexicano que es un pilar de la seguridad social y del sistema de ahorro de los trabajadores de México y que promueve e incentiva el empleo formal, tan necesario en nuestro país. Vamos a llegar a una meta superior a 3.5 millones de créditos en esta administración, pese a la crisis en la que recibimos a este sector en 2012. Cuando empezó el actual sexenio, el Infonavit en su tope de crédito no prestaba más de 450 mil pesos, hoy presta más de un millón 800 mil pesos.

Así, David Penchyna subraya que el Infonavit no financia una casa que no tenga por lo menos dos cuartos, porque en los pasados gobiernos panistas se vivió un fenómeno dramático para cientos de miles de familias mientras las constructoras se beneficiaban. Que la vivienda tenga una clasificación adecuada, que la vivienda que se construya tenga una unidad de medida, con servicios, porque lo que heredamos son más de 180 mil casas abandonadas, y un modelo que no funcionaba porque lo importante era que las empresas ganaran mucho dinero al construir, y no importaba dónde vivía la gente; eso generó un gran abandono de vivienda que golpeó las finanzas del instituto.

En 1972 entregó 80 créditos

En el primer año de la administración del Infonavit, en 1972, se entregaron 80 créditos en un año; hoy la institución otorga mil 500 financiamientos diarios, y devuelve entre 60 y 70 millones de pesos al día por concepto del ahorro de los trabajadores, pues es un sistema de ahorro definido en la Constitución, y para ello cuenta con su propia ley.

Enfrentar la desigualdad debe tener una estrategia, creo que finalmente hoy, con el monto máximo de crédito, a lo que ha ayudado es a cumplir algo que luego no sabemos explicar, porque se dice a veces con una gran frivolidad y una gran ignorancia que el crédito del Infonavit es caro, y no es caro a pesar de que no tiene presupuesto federal, sólo administra el ahorro del trabajador.

–Entonces, ¿cómo se financia el instituto? –se le inquirió.

–El que gana mucho subsidia al que gana poco. Se llama solidaridad financiera, entonces una persona de altos ingresos que saca un crédito de un millón 800 mil pesos, pues tiene una tasa –sin las trampas que otras instituciones bancarias hacen al abrir el crédito, con otros tipos de costos– de 12 por ciento, pero el que gana un salario no paga más de 6.5 de tasa y eso en ningún sistema financiero existe.

Por ello, cuatro de cada 10 pesos invertidos en crédito por el Infonavit, en toda su historia, se dieron en el último lustro, para que dimensionemos el tamaño de la hazaña, ¡cuatro de cada diez en tan sólo un lustro!

–¿Qué derrotero habrá de tomar el Infonavit?

–Somos un área del Estado mexicano que influye en la calificación financiera del país, y el derrotero es que no perdamos el rumbo de mantener las finanzas sanas dentro del Infonavit, que entendamos que lo que está en juego ahí es el ahorro de 60 millones de trabajadores.

“En la administración del presidente Peña, los ahorros de los trabajadores que se retiran o se pensionan han ascendido a más de 87 mil 804 millones de pesos. Hoy tenemos la calificación financiera más alta que cualquier institución que se dedica a dar crédito hipotecario tiene en México, pública o privada; no lo dice su director, lo dice Standard & Poor’s, Fitch y ‘AAA(mex)’, ¡somos los mejores!”

–En torno al Infonavit aún persisten perjuicios y mitos.

–Hay mitos que nublan nuestra visibilidad. Hasta 2016, el crédito tuvo algo que le dio muy mala fama: tener una unidad de medida crediticia. Lo primero que me propuse fue cambiar esa unidad de medida, y ahora por primera vez en la historia, cuando el beneficiario de un crédito del Infonavit paga su mensualidad, le disminuye el saldo, y eso en 40 años no había pasado.

Diagnóstico sobre población y vivienda

En dos años de trabajo, Penchyna también se enfocó en dos grandes temas relativos a la vivienda, la movilidad social y los jóvenes. Al día de hoy, más de 90 por ciento de la población vive en ciudades. “Nos atrevimos a hacer algo de lo que luego nos dicen que estábamos mal. Vamos a entregar antes de irnos el primer diagnóstico serio de 17 variables evaluadas a nivel internacional de 305 municipios que concentran 90 por ciento de la población mexicana, para saber dónde está cada ciudad donde viven los mexicanos.

Atrevernos a hacer eso fue reconocido con el premio de urbanismo más relevante que ha obtenido México en su historia, nos lo entregó la ONU-Hábitat en la ciudad de Dubái, en los Emiratos Árabes. Por primera vez nuestro país fue reconocido. Vamos a dar visibilidad para que el ciudadano sepa dónde vive y cómo vive y qué problemas tiene de agua, de medio ambiente, de gobernanza, de seguridad, de establecimiento de poligonales urbanas, queremos empoderar al ciudadano.

Millennials, proclives a pagar renta

El director general del Infonavit coloca la señal de alerta en las necesidades de las nuevas generaciones, que no quieren vivir en una propiedad. Tal circunstancia cambia el rumbo del mercado de vivienda en el país.

Hicimos estudios y levantamos encuestas: los chavos no quieren vivir en propiedad, quieren vivir en la renta porque los de esta generación, que son seres humanos más globales, como que tienden a no durar mucho tiempo en sus empleos o son emprendedores independientes. Entonces, por lo tanto, quieren vivienda en renta, ¡pero no hay vivienda en renta!, porque las leyes en materia civil en el contrato de arrendamiento están diseñadas para ayudar a quien renta, y acabaron perjudicando a los propietarios, porque hay poca certeza jurídica en el contrato de arrendamiento.

–¿Considera que los gobiernos que vienen deberán tener clara la autonomía del Infonavit?

–Yo deseo que la administración futura del instituto, del gobierno al que precederá esta administración, tenga mucho más éxito que nosotros, estoy seguro de que hoy es un mejor Infonavit del que recogimos porque éste no financia casas, financia personas, y logró poner en el centro del debate al trabajador, y por eso pasó el crédito a pesos por eso no ha subido la tasa y por eso tenemos mejores rendimientos.

Se pueden plantear nuevos retos y cambios incluso a la ley y la Constitución, lo que creo es que debemos tener memoria, enterarnos bien de qué es el Infonavit y para enterarse no debemos ser muy sabios, hay que leer el 123 constitucional y hay que leer la Ley del Infonavit; aquí no hay vuelta de hoja, nuestro mandato podrá ser y deberá ser criticado, pero nuestros logros están en función de la legislación, no de un capricho.

Nota: La versión completa de la entrevista puede consultarse en nuestra página electrónica.