Rosa Beltrán y Mónica Lavín charlan en la Feria del Libro de la Alameda
Martes 21 de agosto de 2018, p. 5
Que la literatura sirve también para sobrevivir en un mundo violento, no para evadirlo; que escribir es una forma de cuestionar y aproximarse a la condición humana; y que leer es un modo de escribir, pues la lectura habla de aquello que habíamos pensado, fueron algunas reflexiones vertidas por las escritoras Rosa Beltrán y Mónica Lavín en la octava edición de la Feria del Libro de la Alameda Central, que se desarrolla a un costado del Palacio de Bellas Artes.
Organizada por la Brigada Para Leer en Libertad, durante la feria ambas autoras charlaron de la lectura y la literatura, así como de sus experiencias y de las obras escritas en torno al movimiento estudiantil de 1968.
En ese intercambio de ideas se refirieron a la literatura como una actividad que ‘‘lleva a otras experiencias y te devuelve con ciertas marcas”. De alguna forma, sostuvieron, ‘‘la literatura es el arte del travestismo; enseña que los grandes protagonistas de una historia, como la de Robinson Crusoe, el Quijote o Madame Bovary, no tienen género, pues no importa si el lector es hombre o mujer, uno se puede sentir y vivir como si fuera el Quijote o Madame Bovary”.
‘‘Escribir es una manera de ordenar el caos. Uno cuando escribe trata de moldear o descifrar un mundo”, reflexionaron.
‘‘Juan José Arreola –recordó Beltrán– nos dijo en cierta ocasión: ‘Miren, jóvenes, la literatura no es lo que está en los libros, la literatura es la capacidad de ver en una rebanada de jitomate los vitrales de Sharp y los misterios del fondo del océano en una sopa de pescado’.”
Rosa Beltrán dijo que a 50 años del movimiento estudiantil del 68, en México, no se ha escrito la gran novela
sobre ese hecho histórico.
Se han escrito, añadió, innumerables cuentos y testimonios, ‘‘pero no la gran novela del 68 ni la del terremoto de 1985”.
La UNAM publicará dos tomos sobre el 68
Mónica Lavín se refirió a su novela Café cortado, ‘‘inspirada en una historia familiar sobre las cafetales en Chiapas y los inmigrantes que se asentaron en ese estado”.
Beltrán aludió a su novela Efectos secundarios, ‘‘que habla sobre esa tensión en la que alguien quiere escribir, pero se enfrenta a una avasalladora realidad. Es la pugna entre el derecho a imaginar y la violenta realidad”.
Es una revisión, añadió, a algunos de los autores y libros que ‘‘me han marcado y salvado en los momentos más difíciles’’.
Rosa Beltrán, titular de la Dirección de Literatura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) adelantó que en octubre se pondrán en circulación dos tomos sobre el 68.
‘‘Uno es la cronología, el día a día, de todo lo que ocurrió en la universidad, de julio a octubre de 1968, y el tomo dos, lo integran ensayos y testimonios de los que posteriormente se han dedicado a participar en diversos movimientos sociales, que surgieron a partir de esa gesta estudiantil, como el respeto a los derechos humanos, el feminismo y la noción de ciudadanía.”