Una máquina de escribir con funciones mágicas cumple el deseo de una escritora exiliada en Noruega a causa de una decepción amorosa.

En esa herramienta, comprada en un mercado, María, protagonista de la obra El amor de las luciérnagas, escribe un encuentro ficticio con su doble, a quien le pide que se haga cargo de su vida porque ella está muy cansada. Al día siguiente descubre el duplicado de ella misma y comprueba que lo que plasma en esa máquina embrujada se vuelve realidad.

El montaje, mágico y esperanzador, escrito y dirigido por Alejandro Ricaño, festejó la noche del lunes seis años en cartelera y 200 representaciones, las cuales han convertido a esta obra en un fenómeno por el gran recibimiento que ha tenido tanto en recintos del Instituto Nacional de Bellas Artes como en funciones que continúan en el teatro comercial, ahora en el Xola-Julio Prieto.

Una puesta en escena con muchas bondades

Inscrita en el género del realismo mágico, explicó la productora Rebeca Moreno, la obra tiene muchas bondades: entre ellas la historia del personaje principal que se desdobla en tres y la intervención de tres actrices que se mueven al unísono, lo cual es muy complicado.

Estas tres mujeres encarnan al personaje en distintas edades “cuentan su historia en tiempo pasado –dos de ellas– y una el presente”. Incluso, una cuarta mujer habita en el futuro, lo cual ya es una locura.

En la trama sucede que luego de haberse materializado el texto de María, su otra yo aparece y regresa antes que ella a México y se apropia de su vida. Entonces la escritora emprende un viaje en busca de sí misma, literal y metafóricamente, que la lleva hasta los rincones de un pueblo en Guatemala, pero sobre todo a los confines de su memoria.

Esta comedia reflexiona sobre la necesidad de soltar para seguir adelante, agregó Moreno, quien resaltó aspectos que dan forma a la historia, como la aparición de los teléfonos celulares y la Internet, además del asesinato de Luis Donaldo Colosio, de la crisis del 94, los enfrentamientos con la Iglesia y el choque cultural entre el norte y el sur del país” a finales del siglo XX.

Claroscuros

Agregó que la protagonista plantea que todas las situaciones que se viven son una especie de luciérnagas, intermitentes, así como lo es el amor, los momentos luminosos y los claroscuros de las personas. Ella no es perfecta, el novio tampoco ni los padres ni sus compañeros. Por eso, el mensaje deja entrever que vivimos en esa intermitencia.

El amor de las luciérnagas cuenta con las actuaciones de Assira Abbate, Pablo Marín, Adriana Montes de Oca, Sara Pinet, Hamlet Ramírez, Ricardo Rodríguez, Miguel Romero, Ximena Sastrías, Sofía Sylwin, Luis Eduardo Yee y Ana Zavala. El diseño de iluminación es de Matías Gorlero y el vestuario de Mario Marín del Río.

Este conmovedor y poético montaje cuenta con más de 300 focos, los cuales recrean una atmósfera íntima y luminosa que tendrá corta temporada los lunes a las 20:30 horas en el teatro Xola-Julio Prieto, ubicado en Eje 4 Sur Xola 809, esquina Nicolás San Juan, colonia Del Valle.