El Estado mexicano ha causado dolor a los migrantes en aras de proteger la frontera de Estados Unidos y es indiferente a delitos y violaciones de derechos humanos cometidos contra esas personas, acusó la Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes (Redodem).

En el informe anual El Estado indolente: un recuento de la violencia en las rutas migratorias y perfiles de movilidad en México, la red (integrada por 23 albergues, comedores y organizaciones localizadas en 13 estados de la República) detalló que el principal delito y violación a los derechos humanos contra migrantes en 2017 fue el robo, con 76.06 por ciento de los testimonios recabados.

De los ilícitos, 75 por ciento fueron cometidos por particulares y 25 por ciento por fuerzas de seguridad del Estado.

El documento fue construido con base en entrevistas, registros y documentación de migrantes extranjeros y nacionales, solicitantes de protección internacional, deportados y desplazados que acudieron a los espacios de atención humanitaria de este contingente. En 2017, puntualizan, las casas y albergues de la Redodem recibieron a 28 mil 288 personas.

Honduras continúa siendo el origen de la mayoría de migrantes, con 69 por ciento del total anual, y le siguen El Salvador, con 10.32 por ciento; Guatemala, con 9.96 por ciento, y México, con media de 8.26 por ciento.

El estudio advierte que 46 por ciento de niños y adolescentes registrados viajan solos. Este porcentaje aumenta a 72 por ciento en el caso particular de las niñas.

Según el reporte, las principales motivaciones de los ciudadanos para salir de su país de origen son la falta de oportunidades y la búsqueda de mejor calidad de vida. No obstante, la violencia general y la amenaza directa se colocan como la segunda causa de huida.

Al presentar el documento ayer, Arturo González, coordinador del Servicio Jesuita a Migrantes en México, acusó al gobierno de causar dolor y sufrimiento a este grupo: “Se ha ganado a pulso el título de Estado indolente (…) Es más, el Estado ha causado dolor y sufrimiento, pero lo peor es el despliegue que hacen de sus protocolos de actuación y seguridad, convencidos de estar haciendo bien al país al velar por la seguridad nacional y la seguridad de Estados Unidos”, sostuvo González.

Toda esta política migratoria es para cuidar las fronteras por presión de Estados Unidos (...) Tiene de fondo el desprecio, la discriminación, la criminalidad contra personas de países pobres, quienes viven una violencia generalizada estructural en sus comunidades de origen, afirmó.

De acuerdo con los hallazgos, en 2017 se dieron cambios en las rutas, transporte y destino de los migrantes. Si bien el año pasado Estados Unidos permaneció como el principal destino de estas personas, 28.51 por ciento refirió a México como el lugar donde planeaba quedarse.

Además, advirtió Jorge Pérez Cobos, integrante del albergue Uno De Siete Migrando en Chihuahua, conforme las personas en situación de movilidad se acercan a la frontera norte, aumenta la intención de permanecer en nuestro territorio. Detalló que en los estados norteños como Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y San Luis Potosí, la determinación de quedarse aumenta a 50 por ciento. Lo anterior, explicó, implica riesgos de otro tipo para los migrantes, como la explotación laboral.

La directora del Albergue Decanal Guadalupano en Tierra Blanca, Veracruz, Elizabeth Rangel, expuso que la aplicación del plan Frontera Sur ha causado cambios en la ruta de migrantes y se identificó que hacen recorridos a pie.