El gobierno sacrificó el gasto en inversión productiva –que genera crecimiento de mediano y largo plazo– con el fin de lograr las metas de reducción del déficit fiscal, aseguró la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Entre 2012 y 2017, el gasto en inversión por el sector público disminuyó a una tasa promedio anual de 5 por ciento, en términos reales, aseguró Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva del organismo regional.

Para poder financiar los programas gubernamentales anunciados por la próxima administración, en un entorno de restricción presupuestaria, recomendó bajar la evasión fiscal con el fin de generar mayores ingresos, incluso mediante la eliminación de exenciones en el cobro de algunos impuestos.

La Cepal divulgó ayer el Estudio económico de América Latina y el Caribe 2018, en el que anticipa para México un crecimiento de 2.2 por ciento este año, superior a la media esperada para la región de 1.5.

Un elemento destacado por Alicia Bárcenas fue el efecto de la caída de la inversión pública en el crecimiento económico de mediano y largo plazos.

En México, en las pasadas décadas ha sido cada vez menor la contribución de la inversión al crecimiento de la economía, explicó.

Agregó que entre 2010 y 2015, la contribución de la inversión pública al crecimiento fue de sólo 0.5 por ciento, un nivel muy por debajo del aportado por las exportaciones (1.8 por ciento ) y el consumo total (2.1).

En la década de los años 70 del siglo pasado, citó, la inversión pública contribuía con 1.5 por ciento del crecimiento y el producto interno bruto (PIB) repuntaba a tasas de 6.3 por ciento en promedio anual; durante la crisis de la deuda, entre 1982 y 1987, la inversión tuvo una contribución negativa al PIB, de 1.6 por ciento, mientras la economía permaneció estancada.

Mientras, entre 1995 y 2000, la inversión contribuyó con 0.7 por ciento del PIB, nivel similar al registrado entre 2001 y 2008, expuso.