El delegado de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en Quintana Roo, José Luis Blanco Pajón, advirtió que Bacalar, Holbox y Xcalak, entre otras localidades, podrían perder cuerpos de agua por la formación de socavones, como sucedió la víspera en la laguna de Chacambacab, debido a las características topográficas e hidrológicas del estado.

El domingo pasado se escuchó un estruendo y tres cuartas partes del agua de esa laguna, ubicada en la comunidad de Nicolás Bravo, municipio de Chetumal, se vaciaron por la formación de tres socavones o pozas.

El fenómeno provocó la muerte de un número indeterminado de peces, tortugas, cocodrilos de pantano y anguilas, entre otras especies.

Blanco Pajón estimó que la laguna de Chacambacab podría recuperar con las lluvias parte de los 200 mil metros cúbicos de agua que perdió en los tres socavones, pues en el fondo del más grande de ellos se observa agua.

Especialistas del centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) expusieron que en ocasiones las capas subterráneas de los cuerpos de agua se fracturan, lo que ocasiona un fenómeno conocido en la región como xúuch, palabra que en maya significa ‘‘beber a sorbos’’.

Agregaron que en la laguna Chacambacab la formación de tres socavones afectó una extensión de 600 metros de largo por 150 de ancho. Estas fracturas, detallaron, son similares a las que formaron el río Hondo y la laguna de Bacalar.

Informaron que en el núcleo agrario hay tres cuerpos de agua que forman parte de un acuífero asociado al sistema cárstico de la península de Yucatán.

Expertos del INAH inspeccionaron las cercanías de la zona arqueológica de Chakanbakán (a tres kilómetros de la laguna Chacambacab) y no detectaron daños.

El gobernador Carlos Joaquín González anunció que la Conagua realizará estudios del subsuelo para conocer con certeza las causas del fenómeno.