Catania. Los 137 migrantes que se encontraban a bordo del buque de rescate italiano Diciotti desembarcaron por fin en el puerto de Catania la madrugada de este domingo, luego de que el ministro del Interior, Matteo Salvini, dio luz verde el sábado tras un acuerdo con Albania, Irlanda y la Iglesia católica de Italia para repartirse a los migrantes.

La decisión de impedir el desembarco llevó el sábado a la apertura de una investigación judicial contra el ultraderechista Salvini por secuestro de personas, detenciones ilegales y abuso de poder. La fiscalía siciliana indició al también al secretario general de la ultraderechista Liga del Norte, luego de obligar a la embarcación con refugiados a permanecer en este puerto durante cinco días en una aparente violación a los derechos humanos de los indocumentados.

Durante la crisis del Diciotti no hubo supervisión judicial de la embarcación ni de la situación humanitaria de sus pasajeros. Salvini bloqueó abiertamente el desembarco y en lugar de ordenarlo por medio de un oficio gubernamental lo comunicó vía Facebook, por lo que Roma aparentemente violó la Convención Europea de Derechos Humanos.

El caso contra el ministro será llevado por un tribunal ministerial en Palermo, pero es poco probable que sea juzgado porque para que el proceso legal sea viable un comité parlamentario tendría que levantar su inmunidad, y la Liga del Norte tiene mayoría en el Legislativo, en coalición con el populista Movimiento 5 Estrellas.

Pueden investigarme, arrestarme, pero no podrán parar a 60 millones de italianos en su deseo de cambio... Ser investigado por defender los derechos de los ciudadanos es una desgracia, protestó Salvini en Twitter, al momento que un fiscal le solicitó datos personales.

La legalidad de las medidas del ultraderechista continúan en análisis porque en Italia no se puede privar de la libertad a una persona por más de 48 horas sin autorización de un juez.

La odisea del Diciotti comenzó el 15 de agosto, cuando 177 personas que huían de Eritrea, en el noreste de África, fueron rescatadas de una embarcación frente a la isla italiana de Lampedusa, pero fue hasta el pasado lunes cuando se le permitió atracar en el puerto de Catania, algunos refugiados pudieron abandonar la nave por motivos de salud y apenas el miércoles se autorizó el desembarco a los menores, hasta la medianoche del sábado pisaron tierra los refugiados restantes.

Los últimos 137 indocumentados fueron conducidos a un centro en la ciudad siciliana de Messina, donde irían a las diócesis de la Iglesia católica italiana, así como a Irlanda y Albania. La oferta irlandesa de recibir de 20 a 25 inmigrantes siguió a una promesa albanesa para acomodar a otros 20 refugiados.

Desde 2014 más de 650 mil personas arribaron a las costas italianas y aunque el número disminuyó en el último año, Roma advirtió que no dejará atracar más barcos de rescate, a menos que los migrantes se repartan en otros países de la Unión Europea.