Venecia. El estadunidense Damien Chazelle inauguró el Festival Internacional de Cine de Venecia hace dos años con la atronadora ovación a su musical La La Land. Sin embargo, ahora no consiguió entusiasmar al público con su aventura espacial First Man, que también levanta el telón del certamen italiano.

Sí, la acogida no ha sido calurosa, pero la cinta, que narra la llegada del primer hombre a la Luna, una gesta de hace casi 50 años, y que protagoniza el actor canadiense Ryan Gosling, ha sido ensalzada por la forma en la que el realizador narra el vértigo, la angustia y el dilema de aquella aventura hacia un horizonte desconocido que protagonizaron los astronautas del Apolo 11 en 1969, liderados por Neil Armstrong.

Lo que sí hay que reconocer a Chazelle es que casi consigue poner el casco y el traje espacial al espectador, hacer que sienta dentro de esa angosta y claustrofóbica cabina de las naves de lanzamiento y pase por todas las situaciones de ansiedad, temor e incertidumbre que vivieron los astronautas que viajaron al espacio.

En una conferencia antes de la inauguración, el mexicano Del Toro comentó: soy presidente del jurado, no dictador del jurado.

Comentarios sobre Roma

El comentario lo hizo cuando se le peguntó por cómo enfrentará la decisión de juzgar Roma, la película de su amigo Alfonso Cuarón que se presenta en el festival de Venecia.

Para mí, es importantísimo como adulto profesional y cineasta juzgar cabalmente las películas por lo que está en ese rectángulo (que es la pantalla) y nada más, explicó Del Toro, quien encabeza el jurado de la 75 edición del encuentro.

Señaló que cada película se comentará con el resto de los miembros del jurado y que si proviene de Australia o de México será juzgada por lo que está en pantalla.

Presidir el jurado internacional de Venecia es una experiencia única, sabes que de alguna manera le vas a cambiar la vida a alguien, añadió.

Es por ello que todos los miembros del gremio, entre los que figura la actriz británica Naomi Watts, se han comprometido a realizar un estudio serio y cuidadoso de cada una de las películas.

Además del nuevo trabajo de Cuarón, su compatriota Carlos Reygadas estrenará Nuestro Tiempo. Es hermoso ver cómo sigue creciendo la proyección de los cineastas mexicanos, expresó Del Toro. Es muy hermoso que estos cineastas compitan en la primera fila mundial.

El autor de El laberinto del fauno y Cronos también abordó temas que están resultando espinosos en los festivales de cine, como la escasa presencia de películas en competencia dirigidas por mujeres o la cuestionada participación de las producciones financiadas por Netfilx, con un limitado y selectivo recorrido por salas.

Proyectos con mujeres, una necesidad

En cuanto al primer asunto, Guillermo del Toro señaló que el objetivo es que la participación de la mujer sea de 50 por ciento en 2020 y si fuese en 2019, mejor. Hay muchas voces que deben ser escuchadas, recalcó. Explicó además que está produciendo cinco proyectos y tres de ellos son de directoras. No es un gesto, es una necesidad, precisó.

En cuanto a Netflix, sin entrar en campo minado alguno, tan sólo indicó que juzga las películas por lo que existe en ese rectágulo. Fuera de ahí son asuntos extracinematográficos. Sólo en ese rectángulo existe la vida en el cine, concluyó el mexicano.

Por su lado, la dama del cine británico Vanessa Redgrave arremetió contra la insensibilidad de todos los gobiernos de Europa en el asunto de los refugiados.

Regrave, de 81 años, recibió un León de Oro por su trayectoria. Abordó muy poco de su carrera, más bien habló sobre los refugiados. Procuro no insultar, pero siento rabia dentro, comentó la intérprete.

Ícono en los años 60 con papeles inolvidables como los que encarnó en Blow Up, de Michelangelo Antonioni, o Isadora, a sus 80 años decidió ponerse por primera vez detrás de la cámara para mostrar el drama de los refugiados llegando a las costas de Grecia con el documental Sea Sorrow.

La actriz Vanessa Redgrave recordó su infancia como niña refugiada durante la Segunda Guerra Mundial, cuando fue enviada al norte de Reino Unido junto con miles de niños para ser acogida por familias desconocidas en ciudades pequeñas.