Madrid. El gobierno español, que encabeza el socialista Pedro Sánchez, publicó el 4 de agosto en el Boletín Oficial del Estado un decreto mediante el cual autorizaba la constitución de un sindicato de trabajadoras sexuales, lo que suponía la primera organización legalizada de personas que ejercen la prostitución.

Horas después, la ministra del Trabajo, Magdalena Valerio, reconoció que le habían metido un gol y dijo que hará lo posible por ilegalizar la medida que, en teoría, fue firmada por el Consejo de Ministros.

Este viraje tiene que ver con la prostitución, un asunto polémico y delicado. En una resolución publicada el pasado 4 de agosto se dio autorización al que será a partir de este 31 de agosto, el primer sindicato de trabajadoras sexuales y que tendrá un ámbito estatal y con sede en Barcelona. Esta medida despertó la ira de los sectores más feministas de la sociedad y del propio gobierno, que abogan por proscribir esta práctica en su totalidad.

Las explicaciones de la ministra del Trabajo, Magdalena Valerio, fueron en estos términos: Me han metido un gol. No se pueden ni imaginar el disgusto que me llevé cuando conocí la noticia. Por eso he pedido a la abogacía del Estado un informe para ilegalizar esta aprobación lo antes posible. El presidente Sánchez, desde su primera gira por América Latina, respondió a través de las redes sociales: este gobierno no dará respaldo a ninguna organización donde se recoja esa actividad ilícita.

En tanto, la secretaria general del nuevo sindicato, denominado Organización de Trabajadoras Sexuales (Otras), Concha Borrell, criticó la marcha atrás del gobierno y lo acusó de querer defender los intereses de la patronal de los burdeles y no los de las trabajadoras. Y advirtió que ahora el gobierno tendrá que acudir a la vía judicial para proscribir un sindicato porque, como ha reconocido el propio ministerio, cumplimos los trámites y todo es legal. Así que si le hemos metido un gol, que contrate mejores porteras.