La revocación de mandato que avaló la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) como uno de los instrumentos de la democracia directa, participativa y representativa en la Constitución Política de la Ciudad de México, es la cereza del pastel del empoderamiento de los ciudadanos y que incentivará la concurrencia en ejercicios como la consulta sobre presupuesto participativo que se realizará este domingo.

Al señalar lo anterior, el consejero del Instituto Electoral capitalino (IECM), Mauricio Huesca Rodríguez, advirtió –sin embargo– que el proceso es paulatino, en la medida en que la gente los asuma como mecanismos para mejorar sus condiciones y calidad de vida, así como la infraestructura de su entorno, lo que eso contribuye además, a incrementar el valor de la propiedad privada en la zona en la que vive.

Los ciudadanos, agregó, debemos involucrarnos en la vida pública, no solamente cada trienio (en procesos electorales), sino año con año tener dos ejercicios de participación, de consultas sobre proyectos en particular, en iniciativas ciudadanas y, desde luego, con la revocación de mandato como la cereza del pastel para castigar o premiar a algún gobierno.

Sin embargo, advirtió que dentro de la consulta ciudadana sobre el presupuesto participativo de 2019, de alrededor de 6 mil capitalinos que se registraron para votar a través de Internet, solamente un poco más de mil 800 ejercieron su opinión, contra los más de 4 mil 500 que lo hicieron el año pasado.

Al margen del análisis que deba realizarse sobre esta baja en la participación vía Internet, señaló que en el proceso participativo que continúa mañana con la instalación de mesas receptoras de opinión, podrían presentarse dos escenarios: el primero es que se incremente el número de personas que acudan a emitir su voto –el año pasado acudió 3.88 por ciento de la lista nominal de electores– a partir de que en la elección del primero de julio se tuvo la mayor participación de que se tenga registro en unos comicios locales, cercana a 72 por ciento.

La otra es que los capitalinos se sientan un tanto saturados por el pasado proceso electoral, tras un largo tiempo de inter y campañas y eso inhiba que salgan el domingo a votar por los proyectos que se proponen para su colonia o pueblo.