Érik Terrible Morales empezó su gestión como diputado de Morena en la 64 Legislatura y lo hace con la franqueza con la que vivió el boxeo. Todavía se siente un poco indignado –asegura– por el cinismo con el que hablan algunos legisladores.

Hablan como si hubieran hecho grandes cosas, pero sabemos que no es así, dice el Terrible; hay una emoción muy grande por esta nueva legislatura, pero también sabemos que tenemos una gran responsabilidad y hay demasiadas expectativas depositadas en nosotros.

Como un respiro para el trabajo que ejercerá en los próximos años, el Terrible comenta el combate que se acerca entre Saúl Canelo Álvarez y Gennady Golovkin.

No puedo evitar poner atención en esa pelea, fui boxeador y amo el boxeo, sonríe Morales; y la magnitud del combate lo amerita.

En el duelo de poderes y estrategias, Morales ve más convincente al Canelo, un peleador al que criticó en el pasado, pero que hoy reconoce por su desarrollo disciplinado y que lo coloca en la cima del deporte-espectáculo.

No es el mejor técnicamente, aclara el Terrible; pero es un peleador que con base en el trabajo disciplinado y la fuerza ha llegado adonde está.

Esta segunda pelea que originalmente se realizaría en mayo, fue pospuesta por el positivo de clembuterol que arrojó Canelo. Después de cumplir con la sanción que le impuso la Comisión de Nevada, la rivalidad llega a su clímax y el tapatío parece impaciente por enfrentarse de nuevo con el kazajo.

“Golovkin puede dar el viejazo en cualquier momento, cada día que pasa desde que se pospuso esa pelea beneficia al Canelo, quien sigue en ascenso. Creo que llega en mejor condición física y mental; haga lo que sea ganará y una victoria sería el cierre ideal a lo que vivió este año.”