Miércoles 12 de septiembre de 2018, p. 8
La Iglesia católica difundió su plan para la construcción de la paz. Este trabajo, dado a conocer por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), es su aportación a este tema, pero no ha sido presentado como propuesta de colaboración con el gobierno electo.
En el documento de 16 páginas rescata acciones que ya realiza, como la fundación de centros de derechos humanos, así como el acompañamiento a los migrantes y víctimas de la violencia, y pide a las comisiones y diócesis estar atentas a los temas sobre construcción de paz que marque la agenda legislativa y de gobierno para colaborar.
Señala que la realidad en la que se encuentra el país, la corrupción y la violencia en la que hace años vivimos
, los llama como Iglesia a redoblar esfuerzos y actuar unidos
, integrando y engarzando todas sus fuerzas y recursos.
Como compromisos pastorales expone dialogar y colaborar con las autoridades en los diferentes niveles de gobierno, la sociedad civil, organismos nacionales e internacionales para construir la paz, así como impulsar y reconstruir el sentido comunitario de las localidades para que toda persona se involucre y participe en las causas sociales.
Asimismo, pide que se eviten los protagonismos estériles, principalmente entre obispos y sacerdotes, para así buscar siempre mantener la unidad de la conferencia episcopal; incluir la colaboración de parte de asesores especializados en los diferentes temas de seguridad; encontrar y capitalizar a aquellos aliados que tengan una fuerte incidencia en las diferentes corrientes políticas, e integrar también dentro de su estrategia a líderes de opinión en los temas previamente escogidos.
Apoyo a indígenas
Además, apoyar y acompañar las causas indígenas en el cuidado y protección de sus riquezas naturales, de su territorio y cultura.
La jerarquía católica informó que las acciones pastorales en favor de la paz serán permanentes.
Expone que como parte de esta estrategia para la construcción de paz capitalizará acciones ya efectuadas inicialmente en provincias de Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Durango y Monterrey.
A través de las diferentes dimensiones pastorales impulsarán medidas como la reactivación de los talleres de perdón y reconciliación; desarrollar iniciativas que coadyuven a la atención de la situación de desempleo y subempleo, y promover los procesos de gestación de la paz y la reconciliación entre los presos y la sociedad y sus familias.
También, rescatar a los jóvenes y a toda persona que haya caído en las garras del consumo de drogas, sin estigmatizarlos ni criminalizarlos sin una razón objetiva.