Se dio una a cada estado de EU y a varias se les perdió de vista; buscan reunirlas para los 50 años del viaje
Jueves 13 de septiembre de 2018, p. 2
Salt Lake. Utah. Algo insólito sucedió cuando Neil Armstrong y la Apolo 11 regresaron de la Luna con varias piedras: cada uno de los 50 estados de Estados Unidos recibió una y a varias se les perdió la pista. Ahora, después de años de investigaciones, un ex empleado de la Nasa está a punto de recuperarlas.
En las semanas pasadas fueron ubicadas las de Luisiana y Utah, con lo que sólo resta dar con las de Nueva York y Delaware.
El abogado Joseph Gutheinz, quien ha estado detrás de las piedras, señaló que le parece insólito
que algunos estados no las hayan preservado cuidadosamente y que desconozcan su paradero. Pero espera poder dar con las dos que faltan antes del 50 aniversario de la misión de la Apolo 11, que se cumple dentro de un año.
Son un pedazo tangible de la historia. La primera misión de Neil Armstrong... fue agacharse y recoger algunas piedras y polvo en caso de que tuvieran que hacer una partida súbita.
El gobierno del presidente Richard Nixon dio pequeñas muestras de la Luna a los 50 estados y a 135 países, pero no se guardaron registros y la mayoría desapareció, según Gutheinz.
Cada estado recibió pequeñas muestras recubiertas de acrílico e incrustadas en una placa de madera, junto con una bandera de la entidad. Algunas fueron a parar a museos y otras se exhibían en los capitolios estatales. Sin embargo, casi ningún estado las registró en los archivos oficiales y Gutheinz afirma que muchos les perdieron la pista y simplemente no saben dónde están.
Cuando Gutheinz empezó su búsqueda en 2002, calculó que 40 estados no sabían dónde estaban las piedras. Creo que todo esto obedecen en parte a que, honestamente, creíamos que los viajes a la Luna iban a ser algo común
, señaló.
Pero sólo hubo cinco viajes más, el último fue el de la Apolo 17 en 1972.
De las piedras de la Apolo 11 cedidas a otros países, no se conoce el paradero de 70 por ciento de ellas.
El gobierno repartió una segunda tanda de piedras de la Luna entre los estados y otras naciones después del viaje de la Apolo 17 y a muchas también se les perdió la pista.
La Nasa no se interesó en lo que pasaba con ellas después de entregárselas al gobierno de Nixon, de acuerdo con su jefe de historiadores Bill Barry.
Venta ilícita de un tesoro nacional
Gutheinz fue investigador de la agencia espacial y descubrió a personas que vendían ilícitamente las piedras y pedían millones de dólares por ellas en el mercado negro. Las piedras lunares auténticas son consideradas tesoros nacionales y no pueden ser vendidas, sostuvo.
Precisó que se dio cuenta antes de irse de la Nasa de que muchas piedras habían desaparecido, pero que se abocó a su búsqueda sólo después de dejar ese organismo.
Ahora se desempeña como abogado en Houston y profesor universitario, y varios alumnos lo ayudaron en la investigación. Todo lo que descubren lo guardan en un banco de datos.
Muchas de las piedras aparecieron en sitios inesperados: con los ex gobernadores de Virginia Occidental y Colorado, en un edificio que almacena artefactos militares en Minnesota y con el ex capitán de un barco pesquero de la serie televisiva Deadliest Catch, en Alaska.
Las autoridades neoyorquinas dicen no tener registros de lo que sucedió con su piedra, en tanto que la de Delaware fue robada de un museo estatal el 22 de septiembre de 1977. Se hizo la denuncia, pero la policía nunca la encontró.
En varios casos Gutheinz tuvo suerte. El diario The Advocate encontró la piedra de Luisiana a principios de agosto tras una llamada del investigador.
En Utah tampoco había registros del paradero de la piedra, pero la Associated Press confirmó que estaba guardada en el Planetario Clark de Salt Lake City.