Garantizar que todos los niños y adolescentes tengan acceso a educación primaria y secundaria requiere no sólo de mayor inversión, sino de la generación de 69 millones de profesores adicionales, alertó la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Recordó que 263 millones de menores no acuden a la escuela, por lo que el mundo debe hacer frente a un déficit de educadores, principalmente destinados a atender a la población vulnerable.

En un mensaje conjunto con motivo del Día Mundial de los Docentes 2018, organismos multinaciones como la Unesco, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) destacaron que en muchos lugares los niños se ven privados del derecho a la educación debido a la escasez mundial de docentes cualificados y experimentados, en especial de mujeres educadoras en los países de bajos ingresos. Agregaron que a la población no escolarizada se suman 617 millones de niños y adolescentes, es decir, 60 por ciento de este grupo poblacional, que no han adquirido las competencias básicas de lectura, escritura y aritmética.

Los niños más pobres y marginados, destaca el documento, en particular los que viven en zonas afectadas por conflictos, corren mayor riesgo de no estar escolarizados o de asistir a la escuela, pero aprender muy poco.

Con el lema El derecho a la educación implica el derecho a docentes cualificados, este Día Mundial de los Docentes se busca generar consciencia sobre los desafíos que se enfrentan para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 en materia educativa.

Advierten que la escasez de maestros dificulta los esfuerzos por lograr una educación equitativa, inclusiva y de calidad para todos, especialmente en los países afectados por la pobreza generalizada y por crisis prolongadas, así como en las regiones donde la población joven crece rápidamente.

Para satisfacer la demanda de nuevos docentes, subrayan, las autoridades educativas “suelen emplear a personas con poca o ninguna formación o reducir los requisitos de cualificación.

Se pide a algunos docentes que enseñen asignaturas para las que carecen de formación pedagógica, mientras en los países de bajos ingresos se ha aumentado considerablemente el número de alumnos por clase, lo cual tiene efectos devastadores en la calidad de la educación y la carga de trabajo de los docentes.