air Bolsonaro todavía lidera las encuestas de opinión en Brasil, beneficiado por dos variables estructurales
y por un hecho coyuntural
.
La primera variable estructural
es el crecimiento de la extrema derecha, crecimiento que fue estimulado por la derecha tradicional, que planificó y ejecutó el golpe contra la presidenta Dilma Rousseff.
La segunda variable estructural
es el descrédito de las candidaturas y partidos de la derecha tradicional. Bolsonaro se beneficia de este descrédito, a pesar de ser un golpista, neoliberal y también diputado federal desde hace 27 años, con un discurso demagógico contra la política y los políticos.
La variable coyuntural
que benefició a Bolsonaro fue el atentado del que fue víctima el 6 de septiembre de este año. En un episodio cuyas motivaciones aún no se han aclarado, Bolsonaro fue apuñalado durante una actividad de campaña. El atentado dio una enorme publicidad a Bolsonaro, cristalizó a su electorado y consolidó a su favor la transferencia de votos proveniente de partidarios de otras candidaturas golpistas y neoliberales.
Paradójicamente, Bolsonaro es un candidato especializado en promover discursos y actos violentos. Días antes de ser víctima del atentado, Bolsonaro había dicho que los militantes del Partido de los Trabajadores del estado de Acre debían ser fusilados.
Hasta el momento no está claro si el atentado fue obra de un individuo desequilibrado o si hubo algún tipo de conspiración. Pero el hecho es que la vida de Bolsonaro corrió riesgo.
Las encuestas de opinión hechas hasta hoy indican que, en una segunda vuelta contra cualquier candidato, Bolsonaro tiende a ser derrotado. Esto ocurre porque Bolsonaro es de extrema derecha, misógino, racista, homofóbico, golpista y, principalmente, neoliberal, pues como diputado votó en favor de todas las leyes que perjudican a los jubilados, a los trabajadores y los sectores populares.
Y si no se produce ningún hecho nuevo, si la transferencia de votos de Lula a Haddad continúa al mismo ritmo, es posible que Haddad empate a Bolsonaro hoy, cuando se produzca la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Si se mantiene esta tendencia, Haddad puede ganar la segunda vuelta de las elecciones, el 27 de octubre.
Por supuesto, esta posibilidad suena catastrófica para todos los que participaron del golpe contra la presidenta Dilma Rousseff. Motivo por el que hay varias especulaciones sobre lo que los golpistas intentarán hacer para impedir la victoria del PT, desde alternativas electorales a movimientos no electorales.
Las alternativas electorales de los golpistas y neoliberales son fundamentalmente dos.
En primer lugar, intentar vencer la elección en la primera vuelta, evitando una segunda en la cual Bolsonaro tiene grandes posibilidades de ser derrotado.
Segunda, impedir que Haddad, candidato de Lula y del PT, llegue a la segunda vuelta.
Diferentes sectores del golpismo están comprometidos en cada una de estas alternativas. Ninguna de ellas es fácil de ejecutar y ninguna tiene garantía de éxito. Y en cualquier escenario, la crisis política e institucional brasileña se profundiza, interactuando con una crisis económica y social también creciente.
Además de las alternativas electorales, algunos sectores golpistas hablan abiertamente de opciones no electorales.
El propio comandante del Ejército especuló, en una entrevista para un importante periódico brasileño, que dependiendo de lo que ocurra, la legitimidad de las elecciones pudiera ser cuestionada.
Por supuesto, hay una gran distancia entre decir esto y organizar un golpe militar, pero el hecho es que las fuerzas armadas volvieron a ser un factor activo de la política nacional.
La amenaza de golpe, incluso, viene siendo utilizada como argumento
para inhibir el voto en la candidatura del PT. Se dice algo más o menos así: si el candidato del PT va a la segunda vuelta, el antipetismo puede dar la victoria a Bolsonaro y con esto tendremos la vuelta de los militares. Y si el candidato del PT ganara la segunda vuelta, los militares pueden dar un golpe
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Los verdaderos demócratas no pueden aceptar ni apoyar este tipo de chantaje. Y quien dice esto, de hecho, contribuye a la tentativa de proscribir el PT.
Es verdad que, tanto en primera como en segunda vueltas, los golpistas van a manipular el antipetismo, pero también es verdad que el PT recibe cerca de 25 por ciento de las simpatías populares, más que todos los demás partidos sumados. Y con Lula lideraba las encuestas. Por tanto, es el partido que tiene más fuerza para vencer a la derecha.
También es verdad que Bolsonaro es un peligro. Pero este peligro sólo va a ser derrotado si la mayoría de los sectores populares se movilizan a favor de una candidatura. Esta candidatura es la del PT.
Por lo tanto, es radicalizando por la izquierda, o sea, poniendo en primer lugar los temas de interés del pueblo, que conseguiremos derrotar a la extrema derecha.
Valter Pomar fue secretario ejecutivo del Foro de Sao Paulo, militante del PT.