ndrés Manuel López Obrador, presidente electo, declaró que, como ofreciera en campaña y como parte de las medidas de austeridad republicana, los altos funcionarios públicos (y sus familiares) no dispondrán de seguros de gastos médicos y atención privada.
Al decir de Octavio Careaga –de THB México– podrían perder estas prestaciones casi 700 mil servidores públicos de altos niveles. Y documentó que –en el gobierno– hay tres clases de pólizas: vida, cubierta por Seguros Banorte (con costo de 5 mil 200 millones de pesos en primas trianuales); gastos médicos mayores (GMM), atendida por aseguradora MetLife México y aquella que ampara seguro para retiro, también de MetLife. Las primas por GMM “se calculan en 6 mil 500 millones de pesos en primas trianuales” y la aseguradora “estaría” dejando de percibir ingresos por 3 mil 250 millones ( El Economista, 15/8/18).
Careaga considera que, “seguramente” aquellos que no quieran acudir al Issste, comprarán una póliza de gastos médicos mayores con otra aseguradora o permanecerán en MetLife. Aunque algunos “no” podrán costearla por disponer de un sueldo menor. Por su parte, para “evitar” pérdidas MetLife podría seguir manteniendo su oferta a precios preferenciales o establecer “arreglos” sobre el costo de la cobertura.
Además de que cuentan con el seguro de “conversión” por medio del cual si salen, cambian de patrón o llegan a quedar desempleados, la aseguradora se obliga a garantizar la prestación bajo las mismas condiciones, pero de manera “individual” y respetando antigüedad. Por supuesto que, de cancelarse, aquellos que se “estén” tratando de alguna enfermedad –por las condiciones de prexistencia– “difícilmente” serán aceptados por “otra” compañía. Otra posible afectación sería un incremento en el precio de las pólizas.
Para Standard&Poor’s, la cancelación de GMM “no” tendrá un impacto en la solvencia de Metlife ( El Economista, 27/8/18). Hay quién estima que el ahorro por primas –2 mil 700 millones de pesos– podría “diluirse” por el “costo” del aumento de consultas Issste ( La Jornada, 22/8/18). Y también hay quién propone que, una “alternativa”, sería permitir que el gobierno federal mantuviera la “colectividad” del seguro GMM, “trasladando” el costo de la prima per cápita anual a los servidores públicos, actuando como “administrador” de los descuentos. Así, el seguro “permanecería” pero “totalmente” a cargo de los funcionarios (Grupo MDC, 8/18).
Cabe preguntar: ¿por qué reservar al gobierno federal como administrador? ¿qué garantías podrían buscar las aseguradoras? ¿respaldar esa “colectividad” significa mantener el mercado asegurador de funcionarios semicerrado?
Mientras tanto, los senadores de la República (64 Legislatura) iniciaron labores (el primero de septiembre) sin seguros de vida, gastos médicos mayores y separación individualizada. Igualmente ocurrió con los legisladores en la Cámara de Diputados.
Curiosa, por decir lo menos, resulta la perspectiva de la principal autoridad regulatoria: la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF), a cargo de Norma Alicia Rosas. En su opinión el Issste quedará “sobrecargado” si se “cancelan” las pólizas: “vislumbro mucho más una problemática para el instituto que tendrá que cubrir todas esas necesidades”. ¿En qué información empírica-dura funda ese juicio? “Creo –prosigue– que debe hacerse un estudio mucho más concienzudo para ver cuál es la implicación y no sobresaturar al Issste”. ¿Entonces su juicio previo no está realizado a conciencia? Es “probable”, remató, que quienes disponen de un seguro de GMM con su “poder” adquisitivo “puedan” seguirlo comprando. “Sin duda” habrá oportunidad “interesante” para seguir “ofreciendo” este producto ( Reforma, 5/9/18).
Entonces: ¿ese segmento de la población sería usuario del Issste? Aún sufragando de su bolsillo ¿optaría por la oferta privada? Pero, en cualquier caso, su curiosa perspectiva –desde la máxima autoridad regulatoria– aparece mucho más contigua a la de los intereses bajo su regulación.
Norma Alicia Rosas comunica también que la CNSF, junto con la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros, están “trabajando” para que los aseguradores “ofrezcan” coberturas de GMM “limitadas a personas que presenten enfermedades”. Lo “hemos” estado planteando: es “muy” probable que la esa cobertura “no sea” uno de los “mejores” productos con los que “cuenta” el consumidor. Justo un problema ubicado en el centro del debate público sobre la participación complementaria del sector asegurador en las políticas modernas de salud.
Por su parte, el doctor Jorge Alcocer –designado secretario de Salud del gobierno entrante– ha señalado que (a diferencia del ciclo neoliberal 1982-2018), con la nueva política de salud federal se trata de conformar un sistema “único” con acceso igual para todos, así cómo ampliar la capacidad “real” de atención y “fortalecer” servicios de primer contacto ( La Jornada, 10/7/18). Lo que sigue es, entonces ¡mejorar los servicios Issste ya!
*Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco