Washington. El presidente Donald Trump expresó este martes que seguirá siendo un socio firme de Arabia Saudita, pues no hay certeza de que el príncipe heredero, Mohammed bin Salmán, haya ordenado el asesinato del periodista Jamal Khashoggi. “Representantes de Riad dicen que el comunicador era un ‘enemigo del Estado’ y miembro de la Hermandad Musulmana, pero mi decisión no se basa en eso; se trató de un crimen inaceptable y horrible”, aseveró en un comunicado.

Estados Unidos pretende seguir siendo un socio firme de Arabia Saudita para garantizar los intereses de nuestro país, Israel y todos los demás socios en la región, afirmó Trump, pese a que la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) acusó el fin de semana pasado a Bin Salmán de haber ordenado el asesinato cometido el pasado 2 de octubre, cuando Khashoggi ingresó al consulado de Arabia Saudita en Estambul y no se le volvió a ver.

Con esta decisión, el mandatario desafió la intensa presión de los legisladores estadunidenses para imponer sanciones más duras a Arabia Saudita por el caso del colaborador del Washington Post.

Sin embargo, Trump aseguró que algo así sería una decisión tonta, porque Rusia y China serían los enormes beneficiarios y estarían muy felices. ¡Sería un maravilloso regalo para ellos directamente desde Estados Unidos!, expresó.

Resaltó que ya se emitieron sanciones contra 17 sauditas involucrados en el asesinato y la desaparición del cuerpo del periodista.

No tienen nada definitivo. La CIA lo ha analizado. Lo han estudiado mucho. Y el hecho es que tal vez él lo hizo, tal vez no, argumentó Trump, pese a las acusaciones de la agencia, también basadas en las investigaciones del gobierno turco.

La cancillería de Turquía indicó este martes que la nación espera que quienes ordenaron el asesinato del periodista saudita rindan cuentas.

Las pesquisas de Turquía, basadas en grabaciones obtenidas dentro de la legación saudita, indican que el periodista de 59 años fue asesinado en ese inmueble, al cual se le convocó para recoger papeles que necesitaba para casarse.

Tan pronto Khashoggi entró al consulado, fue sometido por un grupo de hombres que lo golpearon y torturaron, lo asfixiaron con una bolsa de plástico, desmembraron su cuerpo con la ayuda de un científico forense, lo disolvieron en ácido y lo tiraron por el desagüe, por lo que sus restos no han sido encontrados.

Para encubrir el hecho, uno de los involucrados, indentificado como Mustafá al Madani, se puso la ropa de Khashoggi y salió del consulado para que las cámaras de seguridad grabaran la supuesta salida del periodista sano y salvo.

Según el diario The Independent, Ankara descubrió grabaciones que registran al individuo quejándose de que le quedan chicos los zapatos del periodista. Entonces se escucha a alguien darle permiso de dejarse puestos los tenis que llevaba. Poco más tarde el impostor comentó: Es espeluznante ponerse la ropa de un hombre a quien matamos hace 20 minutos.

En días pasados, Trump se negó a escuchar las grabaciones con las que las autoridades turcas han descubierto los hechos en torno al asesinato, antes de desestimar la conclusión de la CIA de que fue el príncipe saudita quien ordenó matar a Khashoggi.

The Washington Post critica en un editorial el hecho de que Trump repita las palabras del gobierno saudita en su comunicado, al tachar a Khashoggi de enemigo del Estado, y acusó al mandatario de estar más interesado en el dinero que se gana con los contratos con los sauditas que con la justicia.

Trump también fue acusado por legisladores demócratas de socavar a sus propias agencias de inteligencia con tal de no confrontar a Arabia Saudita por una atrocidad.

Los derechos humanos son más que una simple frase, tienen que significar algo. Y eso implica levantarse y condenar un asesinato descarado de un gobierno extranjero. Todos los que participaron en este crimen deben ser responsables, dijo la senadora Dianne Feinstein.

Adam Schiff, quien sería el líder del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes a partir de enero, dijo que Estados Unidos debe poner fin de inmediato al apoyo a Arabia Saudita en la guerra de Yemen, suspender las ventas de armas al reino y reducir su dependencia de Riad en Oriente Medio.

Algunos de los compañeros republicanos de Trump también se han comprometido a presionar para una acción más firme de Estados Unidos contra Arabia Saudita.