Legalización de la ejecución extrajudicial

osé Antonio Elena Rodríguez, a sus 16 años, fue asesinado con 10 de los 16 disparos de fusil que hizo el agente de la Patrulla Fronteriza Lonnie Swartz, en 2012, desde la loma fronteriza de Estados Unidos, cuando caminaba sobre el andén contrario al muro, recién salido de su escuela, en Nogales, Sonora. Una calle en territorio mexicano. Sin ninguna intención o pretensión de cruzar una barrera de cerca de siete metros de altura. El guardia acusa que el niño le arrojó piedras. Si así hubiera sido, éstas debieron alcanzar una altura superior a los 12 metros y tener un avance de 30 o más. Un tiro que no llegaría nunca a su destino. Los testigos presenciales dicen que ese lanzamiento de piedra nunca ocurrió.

stamos en la antesala. Pero no está claro antesala de qué.

ste miércoles el Senado aprobó en comisiones una reforma a la Ley Federal de Entidades Paraestatales (LFEP) para eliminar la nacionalidad mexicana por nacimiento como uno de los requisitos para encabezar una de esas entidades. Para horror de algunos masiosares (algunos de ellos hasta se las dan de ilustrados, liberales y cosmopolitas), y con el telón de fondo de la xenofobia y el chovinismo inducidos en sectores de la población para atizar el odio a los centroamericanos de las caravanas, las comisiones senatoriales para la Igualdad de Género y de Estudios Legislativos aprobaron la iniciativa que presentó la senadora Citlalli Hernández, de Morena, con el voto en contra –quede para el registro– del PRI y del PAN. Se consumó así un primer acto de justicia para eliminar las ciudadanías mexicanas de primera (por nacimiento y de padres mexicanos), de segunda (por nacimiento y de padres extranjeros) y de tercera (por naturalización).