Desmiente que se hubiera pagado en EU un millón de pesos al mes
Martes 27 de noviembre de 2018, p. a12
Durante ocho meses entrenando con Jeremy Fisher, uno de los mejores técnicos del mundo en saltos, Alberto Álvarez decidió no continuar con ese proyecto en Estados Unidos y regresar a Monterrey, Nuevo León, para atenderse una lesión en la rodilla que le ha impedido competir.
Días de reflexión pasó el oriundo de Chetumal para afrontar la decisión, pues no podía seguir en el Centro de Atletismo de Chula Vista, California, porque requería atención médica adecuada, que en ese lugar no le daban, lo cual se sumó a los cambios en la dirección del Instituto del Deporte en Nuevo León, estado al que representa.
En junio pasado, el especialis-ta en salto triple –primer finalista olímpico del país en Río 2016– recibió el primer aviso con dos desgarres que sufrió en la pierna izquierda previo al Campeonato Nacional en Monterrey. Lesionado, compitió para hacer una marca de 16.04 metros, con la que ganó y refrendó por octava ocasión el título, pero quedó fuera de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla al no cumplir con el 16.70 que le pedían para quedar seleccionado a la justa colombiana.
Dos meses después se despidió de Fisher, quien entrena a Will Claye, doble medallista olímpico en triple y longitud. Retornó a Monterrey para ponerse de nuevo a las órdenes de Francisco Olivares.
Corría con mucho miedo porque la lesión se extendió hasta la rodilla
, dice Alberto, atendido por el especialista Carlos Villarreal en su rehabilitación. Aunque no tiene un programa de competencias, comenta que no hay prisa ni tampoco quiere presionarse; sabe que en un momento dado tendrá el salto ansiado para llegar a los 17 metros, pues está a un centímetro para superar su propio récord mexicano.
Sus aspiraciones siguen vigentes. Como los Juegos Panamericanos de Lima serán el año entrante piensa cumplir el requisito de selección. Si no se dan las cosas se enfocará por completo en la cita olímpica de Tokio 2020 y dar la marca de 16.80.
Se le preguntó qué tan cierto era que su inversión en Estados Unidos había costado un millón de pesos a la Federación Mexicana de Asociaciones de Atletismo. Después de reírse, contestó: Es incorrecto, por ahí alguien dijo que esa cantidad era mensual. No, se pagaban 150 mil pesos al mes
.