Poco más de la mitad de los recursos de los trabajadores que gestionan las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afore) están invertidos en bonos de deuda emitidos por el gobierno mexicano. En ese sentido, no están sujetos a variaciones abruptas relacionadas con movimientos en los mercados financieros, según información oficial.

En octubre pasado, a la par de la caída de los mercados bursátiles, las Afore tuvieron la mayor minusvalía en lo que va del sexenio, con una pérdida de valor de 131 mil 649 millones de pesos. Ese movimiento esfumó las ganancias que se habían obtenido durante el año, informó la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar).

Así, pese a que en el actual sexenio se presentaron 18 periodos mensuales de minusvalías, con esta caída de octubre 2018 se convierte en el primer año con una balance negativo de 2 mil 123 millones de pesos.

Es importante señalar que de 2012 a 2018 se han incrementado los instrumentos para invertir, lo que ha resultado en una mayor diversificación de las carteras de las Sociedades de Inversión Especializadas en Fondos para el Retiro (Siefore).

Diversificación

De acuerdo con informes de la Consar, el portafolios de inversión de las Afore se ha modificado significativamente, pues mientras en 1997 sólo se invertía en divisas y bonos de deuda gubernamental, en 2018 se ha diversificado en diferentes instrumentos financieros nacionales y extranjeros.

Actualmente la cartera de inversión de las Siefore está distribuida de la siguiente manera: deuda gubernamental, 50.2 por ciento; 5.45, valores estructurados; 19, valores privados nacionales; 7.5, renta variable nacional; 0.7, deuda internacional; 14.1, instrumentos de renta variable; 0.3, mercancías, y 2.9, Fibras.

Cabe recordar que a partir del 10 de octubre de 2018 empezó un periodo de alta volatilidad en los mercados accionarios a escala internacional. Resultaron más afectados los emergentes, por el temor a un aumento de las tasas de interés y a una creciente tensión por la guerra comercial entre Estados Unidos y China.

En el ámbito interno, también influyeron los resultados de la consulta ciudadana en que ganó la decisión de cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco.