Narrativa e historia del país, ejes para masificar la lectura, adelanta
Miércoles 28 de noviembre de 2018, p. 5
Guadalajara, Jal., En la víspera de la votación en el pleno de la Cámara de Diputados de la iniciativa de reforma a la Ley Federal de las Entidades Paraestatales que abriría las puertas para que el escritor Paco Ignacio Taibo II asuma la dirección del Fondo de Cultura Económica (FCE), el autor, con su playera de Kalimán, está listo para dar un giro de 180 grados a la editorial del Estado mexicano; llegaría al cargo sin haber nacido en México.
‘‘No sé por qué le dicen la ley Taibo, es la ley Francisco Javier Mina porque restablece la mexicanidad no como un problema de nacimiento, sino como de pertenencia y rompe una grave ofensa a los mexicanos por naturalización que los convertía en ciudadanos de segunda. Qué bueno que mi caso lo provocó, pero habría que discutir si era justo y nadie dice que sea injusto”, explica en entrevista con La Jornada.
Está contento, sin presunción. Sabe que es uno de los no muy abundantes mexicanos que han dedicado su vida a mejorar el país.
‘‘Tengo dos premios nacionales, 40 años de ser mexicano, 60 de que llegué a México en la infancia; estudié en escuelas con número del sistema federal, he dado cerca de 2 mil conferencias gratis, promovido la lectura, he regalado libros, dirigido colecciones. Entonces, ¿cuál es el pero?, quizá que se me ocurrió nacer en Gijón, que, por cierto, está a toda madre para nacer aunque llueve mucho.”
Radiografía de la editorial del Estado
–Hubo inconformidad con su designación, grupos que no querían que llegara, en particular los privilegiados, publicados en colecciones de lujo, que definían el espíritu editorial del FCE desde intereses particulares más que de fomento a la lectura, ¿qué pasará con ellos?
–Tenemos una radiografía de los mecanismos mediante los cuales se decidía publicar libros y con qué tirajes, en qué formatos y en general la conclusión es que en el FCE se habían olvidado de los lectores; así de grave. Los lectores sólo preocupaban porque tenían que tener cuentas más o menos decentes pero, de pilón, no las tienen. Concebir como tu único sujeto de relación a la comunidad académica, de maestrías ligadas a las universidades, concebirlo como tu público esencial me parece un error y vamos a corregirlo.
–Taibo II es ya el inminente director del FCE, ¿qué sigue?
–Llegó el tiempo de pensar en positivo y dejar el debate, aunque vienen momentos medio rasposos en los próximos días, pero ya hay que empezar a hablar del proyecto que vamos a hacer crecer. Tenemos el problema de consolidar lectores adolescentes que no pueden comprar libros porque están muy caros, que han perdido la posibilidad y el gusto, que ven la librería como un bosque y no ven los árboles, que no se les sabe recomendar, discutir, que nadie les dice: ‘esta novela te va a volar las neuronas, colega’. Tenemos que ir sobre ese público juvenil y adulto joven para darle libros baratos de gran calidad.
–¿Cuáles son los temas para masificar la lectura desde el FCE?
–Trabajaremos sobre narrativa, historia de México, divulgación de la ciencia y poesía, géneros que consolidan mayoritariamente lectores. Haremos una colección no popular, popularísima, para llegar a las rancherías donde no llegaban libros. Una colección de folletos ilustrados, muy en la línea de lo que fue México historia de un pueblo, Cuadernos mexicanos como aquella colección que dirigimos José Emilio Pacheco, Martín Reyes y yo hace 25 años.
–¿Qué hacer para lograr precios populares?
–Con ediciones muy grandes en literatura y folletos para bajar los precios. Daremos un empujón a la Colección popular y los Breviarios –nomás que éstos deben ser breves– y racionalizar un montón de inversiones. Si vamos a publicar los tomos faltantes de la obra de Guillermo Prieto, pues que sea en formato digital y regalarlos a las bibliotecas de historia de México y las especializadas en literatura para no gastar papel que necesitamos para las colecciones populares.
–¿Qué otras estrategias para fomento de lectura, además de abaratar precios?
–Preparamos un programa intenso para trabajar en todas las normales, incluidas las rurales, organizando el mensaje ‘‘maestro, si tú no lees, tus alumnos no van a leer’’, y tienen que leer por placer. Es decir, encontrar vías para leer no lo que te obligue tu carrera de pedagogía o la especialización en matemáticas. Aparte de eso, tienes que encontrar el momento para leer por placer, porque es lo que forma a los lectores.
–Además del FCE, hay instancias que dirigirá, ¿cómo las coordinará?
–Reunificaremos las librerías del FCE con Educal, volverlas centros de promoción del debate, la lectura, la fiesta; a tomar el camellón de enfrente, convertirlas en centros activos de fomento a la lectura. También heredamos una estructura muy interesante de la Dirección de Publicaciones en la Secretaría de Cultura federal y hay que darle forma, abastecerla de libros, platicar.
–¿Qué habría de esperarse como director del FCE?
–Dirigiré el FCE desde la calle; recorreré de punta a punta, con el equipo que me acompañará, visitando cada lugar, observando, discutiendo, promoviendo. No podemos dirigir el FCE, más Educal, más la Dirección de Publicaciones desde unas oficinas en el Ajusco.
–¿Quiénes estarán en su equipo más cercano?
–Los conocerán el día 3 de diciembre; juré tenerlos en la clandestinidad para que no los estén fregando. Es gente que viene del movimiento social, de grandes experiencias en fomento a la lectura, de trabajos de edición, con mentalidad de que vamos al gobierno a militar y no a ‘‘gobernar” desde asientos cómodos. Que quede claro: todo gasto innecesario, adiós; somos franciscanos y moralistas.