En el destino de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos desde hace más de cuatro años, un papel clave lo jugó un sujeto conocido con el mote de El Patrón.

Este personaje fue quien ordenó el ataque contra los estudiantes, y la Procuraduría General de la República (PGR) no ha profundizado en el nivel de jerarquía y poder que este individuo tiene en la estructura delictiva del estado de Guerrero y su posible responsabilidad como autor intelectual en los hechos.

En la recomendación 15VG/2018 de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) derivada de la agresión contra los estudiantes de Ayotzinapa cometido entre la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014, se hace especial énfasis en el papel que desempeñó este sujeto, quien habría ordenado su entrega por parte de policías de los tres órdenes de gobierno a integrantes de la organización criminal Guerreros Unidos.

La investigación del organismo nacional encontró que El Patrón tuvo una interacción continua la noche de los hechos con el subdirector de la policía del municipio de Cocula, quien actuó en Iguala, girando instrucciones sobre el destino de los estudiantes, pese a estar en otra jurisdicción.

Como se conoce, hubo dos rutas en la desaparición de los normalistas. Un grupo, de entre 23 y 28 jóvenes abordo del autobús 1568, fue detenido en el cruce de la calle Juan N. Álvarez y Periférico, y posteriormente conducido a la comandancia de Iguala; el otro, de entre 15 y 19 muchachos, que iban en el vehículo 1531, fue interceptado en el Puente Chipote rumbo a Huitzuco.

De acuerdo con las indagatorias de la CNDH, en ambos casos fue El Patrón el que ordenó la entrega de los normalistas al crimen organizado. El subdirector de la policía de Cocula llegó por los jóvenes que estaban en la comandacia de Iguala, y dijo que se los llevaría por órdenes de arriba y varios uniformados apoyaron en el traslado de los detenidos hacia un punto conocido como Loma de Coyotes, donde fueron entregados a Guerreros Unidos.

Mientras, varios oficiales de Iguala, Cocula y Huitzuco, así como dos agentes de la Policía Federal y dos más de la agencia ministerial del estado, también habrían seguido las órdenes de El Patrón, y se llevaron a los estudiantes que viajaban en el autobús 1531 con rumbo a Huitzuco.