Buenos Aires. La Cumbre del Grupo de los 20 (G-20) comenzó en una ciudad sitiada y militarizada, en un clima de desconfianza por mensajes cruzados como los dichos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien durante una reunión bilateral muy corta con su par argentino Mauricio Macri habló de la actividad depredadora del gobierno de China, lo que avivó versiones de la guerra comercial.

La agenda ya estaba reducida, con temas claves ausentes, como el proteccionismo de la administración estadunidense y su postura sobre el tema del medio ambiente.

La cumbre reunió a gobernantes de la Unión Europea, Estados Unidos, China, Alemania, Reino Unido, Japón, India, Rusia, Francia, Italia y Canadá, grupo que controla 85 por ciento del producto interno bruto mundial.

En su discurso de apertura del foro, el presidente argentino Mauricio Macri exhortó a actuar con el mismo sentido de urgencia que en 2008, cuando sucedió la crisis financiera internacional y consideró que la reunión del G-20 es un gesto de apoyo y de reconocimiento a la presencia y desempeño que está teniendo Argentina en el escenario global, sobre todo después de tantos años de aislamiento. Para los analistas dicho aislamiento en realidad no existió, ya que el gobierno anterior participaba de estas cumbres. El mensaje de Macri es para dejar claro su objetivo de convertirse en un líder global.

El mandatario mencionó el tema del empleo y el cambio climático como desafíos que requieren repuestas globales, y lo dijo cuando desde su llegada al gobierno se produjo una de las mayores olas de despidos, destruyendo todo lo que se había logrado en la administración anterior y llevando al país a una crisis similar a la que en 2001 estalló en una rebelión popular, hundiendo a Argentina en la mayor crisis económica de su historia.

Espero que en este día y medio de trabajo logremos crear los consensos para los próximos 10 años, y agregó que la solución es dialogar, dialogar y dialogar algo que precisamente le exigen los ciudadanos desde las calles.

Estas mismas voces criticaron el encuentro bilateral del presidente con la primera ministra británica, Theresa May, en el cual no se habló del destino de las islas Malvinas, que son argentinas, pero colonizadas por Inglaterra desde 1833.

Incidentes

En un predio de Costa Salguero, sobre la ribera porteña que abarca una zona de privilegio, se inició en la mañana lo que llamaron un retiro, al que Trump sólo llegó al final. En el lugar el magnate protagonizó uno de sus escenas típicas, Macri lo esperaba, como a otros presidentes, Trump llegó, saludó y siguió caminando, mientras el mandatario argentino intentaba detenerlo para tomarse la foto, quedándose solo sobre el escenario sin saber qué hacer.

El mandatario estadunidense protagonizó otro de sus desplantes en la Casa Rosada cuando al no funcionar un auricular para escuchar la traducción simultánea de lo que Macri decía, dijo que el aparato no funcionaba y entonces lo arrojó al piso.

Antes de las sesiones plenarias los jefes de estado se reunieron para discutir a solas temas ya acordados, como economía global, comercio, mercados financieros y otros, con añadidos, como la lucha contra el terrorismo y la corrupción.

Entre los mensajes políticos del día destacó la conferencia de prensa brindada por China y Francia junto al secretario general de la Organización de Naciones Unidas, António Guterres, manifestando el compromiso de ambos países con el Acuerdo de París como algo irreversible para mitigar los efectos del cambio climático y se comprometieron a trabajar en conjunto y con otros socios para reducir, además, la pobreza y la desigualdad.

Tensión EU-Rusia

Aún era incierta la reunión entre los presidentes Donald Trump y Xi Jinping, después de lo declarado por el presidente estadunidense sobre la actividad económica depredadora de China, que en la tarde canceló conferencias de prensa de importantes funcionarios, una de Wang Xiaolong, director general del Departamento de Asuntos Económicos Internacionales del de Relaciones Exteriores y del ministerio chino de Comercio.

La tensión entre Moscú y Washington se exacerbó luego de que Trump suspendió su encuentro en la cumbre con su par ruso, Vladimir Putin. El Kremlin lamentó la decisión del presidente de Estados Unidos, anunció la noche del jueves el portavoz ruso, Dmitri Peskov, quien atribuyó a cuestiones de política interna la decisión de Trump.

No hay consensos

El jueves, Trump anunció en Twitter que canceló el encuentro con Putin tras conocer un informe sobre el episodio ocurrido en el estrecho de Kerch entre Rusia y Ucrania el pasado domingo cuando tres buques de la armada ucraniana fueron apresados por los guardacostas rusos junto con sus 24 tripulantes.

Por otra parte, se ha puesto en duda que se llegue a un acuerdo en la redacción del documento final, ya que voceros han adelantado que es posible que no existan los consensos necesarios para la redacción de un documento único.

Las voces de la calle

En tanto, en el centro de esta capital, en un circuito autorizado y cercado por vallas de acero, con la presencia de tanques a poca distancia, miles de argentinos marcharon desafiantes contra la cumbre. Culminando una semana de protestas, elementos de la policía detuvieron en las primeras horas de la tarde a varias personas, entre los cuales estaba Guillermo Pistonesi, apoderado del Partido de los Trabajadores Socialistas.

La policía informó que decomisaron bombas molotov y elementos para armarlas, lo que niegan dirigentes de los más de 80 movimientos que participaron de la marcha contra el G-20 y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El jueves, frente al Congreso, el movimiento Confluencia Fuera G-20/FMI finalizó una semana de protestas creativas con la Fiesta de los Pueblos, donde participaron invitados internacionales. Fue una actividad donde hubo paneles, seminarios, foros y una asamblea feminista en carpas blancas sobre la Avenida de Mayo.

Al final de la manifestación de rechazo al G-20 la y FMI un grupo de manifestantes quemó una bandera de Estados Unidos y un muñeco de Donald Trump.