Entre los preparativos de la ceremonia de toma de protesta del presidente Andrés Manuel López Obrador en la Cámara de Diputados, se resolvió a trompicones la entrega de la acreditaciones para mil 800 reporteros, fotógrafos y camarógrafos y se efectuó un último recorrido por las áreas donde caminará el mandatario junto a su esposa. Y para salvaguardar la integridad de los 25 presidentes y jefes de Estado invitados, efectivos del Ejército Mexicano, vestidos de civil, se desplegarán dentro del recinto de San Lázaro.

Las instalaciones visibles de la sede del Congreso de la Unión quedaron remozadas. Los pasamanos fueron pintados, los escudos con la imagen del águila devorando a la serpiente quedaron relucientes. Los pisos fueron pulidos, y los grandes ventanales del vestíbulo principal, lavados con pulcritud. San Lázaro quedó listo para el suceso histórico.

En ninguna otra toma de posesión presidencial se había dado la demanda de tantos de lugares para la prensa. Para cubrir el acontecimiento de hoy fueron autorizados, a discreción, mil 800 sitios para informadores. Los más sorprendidos por el descontrol y escasez de criterio para determinar un límite fueron los fotografós y camarógrafos. Entre ellos se preguntaban: ¿Y dónde vamos a caber todos?”

La entrega de gafetes transcurrió sin complicaciones. No obstante, entre los reporteros graficos privó la molestia porque la evidente desorganización les condujo a tomar la difícil determinación de quedarse a pernoctar a las afueras del palacio legislativo. Para evitar tumultos entre ellos se inscribieron en una lista a fin de ingresar al edificio conforme se presentaran en el lugar.

Esa precaria organización entre los reporteros gráficos, producto de no haberse impuesto un límite a las solicitudes de acreditación en la oficina que encabezan Rosely Reyes y su director de difusión, Óscar Camacho, se quebrantó cuando se hizo de su conocimiento que al área de prensa en el salón de sesiones –conocido como el corral de la ignomina, promovido en 1997 por Porfirio Muñoz Ledo, entonces diputado del Partido de la Revolución Democrática y hoy presidente de la Cámara de Diputados–, cuyo cupo es de 300 personas apretujadas, ingresarán en primer lugar los reporteros acreditados para el recinto y después ellos. Los reporteros van a usar sus celulares y no nos dejarán trabajar, reclamaban.

Se acondicionaron dos espacios

Para solventar la falta de espacio en el salón de sesiones, donde todos desean estar, los funcionarios de prensa mandaron acondicionar dos espacios de prensa alternos donde se instalaron amplias pantallas.

Así también, a falta de un encargado de logística y protocolo, correspondió a Jesús Ramírez, jefe de prensa de la Presidencia entrante, revisar el trayecto del presidente Andrés Manuel López Obrador con su esposa, Beatriz Gutiérrez, desde la escalinata que da entrada al edificio donde se encuentra el salón de sesiones hasta la tribuna.

Anoche se informó a este diario que sí habrá elementos del Ejército Mexicano (vestidos de civil) dentro de la cámara para reforzar la protección a los invitados especiales a la toma de posesión, sin contar con los agentes del servicio secreto de Estados Unidos, que acudirán al edificio para resguardar a los integrantes de la comitiva de ese país.

Otro detalle se centró en que Gerardo Fernández (Partido del Trabajo) formará parte de la comitiva de recepción del presidente saliente.

Y llamó la atención en San Lázaro que Daniel Aguilar, quien se desempeñó como fotógrafo personal de Enrique Peña Nieto desde que éste fue gobernador del estado de México y después en la Presidencia de la República, también lo será oficialmente de López Obrador.