el éxito es un fracaso postergado
El escritor portugués ofreció una charla en la sala Manuel M. Ponce
éxito viene después de la muerte.Foto Cristina Rodríguez
Lunes 3 de diciembre de 2018, p. 8
El Nobel de Literatura no le quita el sueño a António Lobo Antunes, aunque su nombre figure de manera recurrente entre los candidatos a obtenerlo. Más aún, mantiene reservas hacia cualquier reconocimiento, según sostuvo este domingo en Ciudad de México.
No me interesa el Nobel. Va a venir como otros premios y, en realidad, no es tanto dinero; claro, todo dinero es agradable. Además, el éxito es un fracaso postergado. El fracaso siempre viene temprano o tarde
, destacó.
Nacido en 1942, el escritor portugués, considerado una de las más relevantes figuras de la literatura mundial de nuestro tiempo, ofreció una charla pública en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, después de una intensa participación en la 33 Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, en la que su país natal fue el invitado de honor.
Me siento como un caballo de carreras, lleno de premios. Un premio es siempre una cosa muy subjetiva. Algo que se debe a dos o tres jurados. Una ocasión fui jurado del Premio Reina Sofía y cada uno de mis compañeros quería galardonar al escritor de su país por razones que nada tenían que ver con la literatura. La gente piensa mucho en éxito, pero éste viene después de la muerte.
De buen talante, el autor de En el culo del mundo y El orden natural de la cosas llegó retrasado al máximo recinto cultural del país porque, según contó, decidió hacerlo a pie y le cuesta mantener el equilibrio al caminar cuando cambia de altura, por una herida que recibió en la guerra de Ángola.
Reconoció que México es un país que le gusta mucho, por su clima, por la manera de ser, sonreír y andar de su gente, y por el acento con el que se habla el español. Incluso, expresó su deseo de cambiar su residencia a la capital del país, ya que en Lisboa le cuesta mucho trabajar, porque es interrumpido por gente que llega a tocar la puerta para pedirle un autógrafo.Me miran como si fuera una estatua viva, y no lo soy
, dijo.
Afirmó que desde que nació ha vivido en el interior de un milagro y que todo es inesperado y nuevo cada día, como la piel de un bebé, en la que se siente el principio del mundo. También se asumió con un autor muy afortunado, porque puede vivir, y muy bien, de lo que escribe.
Subrayó lo difícil que es publicar en cualquier parte del mundo, sobre todo para los escritores principiantes, porque los libros son muy costosos al haber muy pocos lectores.
Su patria es la literatura
Es un oficio muy difícil que no recomiendo a nadie, a menos de que realmente sea lo que quiera de la vida; hay que hacer muchos sacrificios. En mi caso, podía haber ganado mucho más dinero como médico
, añadió.
No soy alguien que haga la vida social que hacen los malos escritores, esas cosas de encuentros y cocteles; soy muy encerrado. La mayor parte de los libros en la actualidad son malos porque hay muy pocos buenos escritores.
António Lobo Antunes confesó que no cree en los nacionalismos y que para él su patria es la literatura: “No me interesa que un escritor sea de América Latina o del Polo Norte, sino que sea bueno. Soy portugués por accidente. Es una cuestión de patriotismo caduco pensar que la literatura tiene patrias.
Los escritores que me gustan, sin importar dónde hayan nacido, no son extranjeros, son amigos con los que he aprendido a mirar, conocer de la vida, de la muerte y el amor. Todos los escritores que amo y respeto son mi país. El arte no tiene país. Esas cosas patrióticas tienen el problema de ser transformadas en cosas racistas. Soy del país Tolstoi, Faulkner, Violeta Parra y Neruda.