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SAT: el cuento de nunca acabar // Otro perdón a megaempresas

C

on la novedad, masacrados causantes cautivos, que en 2017 el Servicio de Administración Tributaria (SAT) condonó mil 51 millones de pesos a 102 grandes contribuyentes, que solamente habían pagado mil 668 millones por impuestos, informó la Secretaría de Hacienda y Crédito Público a la Cámara de Diputados. Además, este año, el 16 de septiembre, perdonó 4 mil 969 millones a ICA (el consorcio constructor que basó su rescate en la utilización, en 2015 y 2018, de los fondos pensionarios de los trabajadores, vía Afores).

La información, publicada ayer por La Jornada (Roberto Garduño y Enrique Méndez), es una muestra fehaciente de lo bien que se aplicó la llamada reforma fiscal de Enrique Peña Nieto, aquella que –cacareaba la propaganda oficial– haría posible que quien gane más pagará más impuestos, con el objetivo de redistribuir la riqueza y el ingreso (Luis Videgaray dixit).

Pero también dicha información da puntual cuenta de lo que es el cuento de nunca acabar, es decir, que los grandes corporativos hacen como que cumplen con sus obligaciones tributarias, mientras la Secretaría de Hacienda, vía el SAT, les condona jugosas cantidades en impuestos adeudados, sin olvidar la consolidación fiscal que les permite evadir legal y abundantemente.

Entonces, nada nuevo bajo el sol, porque tal condonación es el pan fiscal de todos los años, obviamente exclusivo para los grandes contribuyentes, pues a las pequeñas y medianas empresas, así como a las personas físicas con actividades empresariales, la carga fiscal las ahoga, pero ni de lejos el SAT les da un respiro.

La información de La Jornada detalla que entre las empresas beneficiadas por la condonación autorizada por la Secretaría de Hacienda se cuentan al consorcio GEO –productora de viviendas declarada en quiebra–, a la que el SAT le borró más de 340 millones de pesos y la empresa trasnacional automotriz BMW, con más de 45 millones.

Además, el SAT condonó 85 millones de pesos a Banorte, 59 millones a Banamex y 12.2 millones a Santander, bancos que en 2017 (año de la condonación) obtuvieron utilidades netas, limpias de polvo y paja, por 18 mil 400, 17 mil 650 y 16 mil 700 millones de pesos, respectivamente. ¿En serio no tenían con qué pagar al fisco y éste se vio en la necesidad de indultarlos?

Otro caso: el SAT condonó 57.2 millones de pesos a la telefónica América Móvil, propiedad de Carlos Slim, cuya caja registradora no deja de tintinear. En 2017 este consorcio obtuvo ingresos netos por 264 mil millones de pesos, de tal suerte que nadie entiende por qué Hacienda le otorgó el citado beneficio (¿será que el hombre más rico de México no tiene para pagar poco más de 57 millones, y, por lo mismo, la autoridad fiscal se tocó el corazón y se los borró de la cuenta?).

Por si fuera poco, entre los beneficiarios aparecen Gigante (con 33.7 millones, propiedad de Ángel Losada Moreno, quien entre sus haberes cuenta con Office Depot, los restaurantes Toks, Beer Factory y Panda Express, y la tienda de mascotas Petco) e Industrias Unidas (Iusa, 37.4 millones, propiedad de Carlos Peralta, compadre de Raúl Salinas de Gortari).

Pero como lo de 2017 no es más que parte del cuento de nunca acabar, la información detalla que en 2018 el SAT ha perdonado, además, 352 millones de pesos a Cervecería Modelo, 365 millones al gobierno de SLP, 126 millones a Inversora Carso, 4 mil 969 millones a ICA y más de 100 millones a la trasnacional Forever Living –dedicada a los productos nutricionales–, el pasado día primero. También a Controladora de Operaciones de Infraestructura, que pertenece a ICA, 762 millones.

Y año tras año es lo mismo y son los mismos, con o sin reforma fiscal que prometa que pagarán más los que ganen más.

Las rebanadas del pastel

Medio siglo después de la exigencia original –la del movimiento estudiantil de 1968–, desaparece el cuerpo de granaderos. Bien arranca Claudia Sheinbaum, quien también acertó al apoyarse en Rosa Icela Rodríguez.

Twitter: @cafevega