Con su saxofón alto conquistó varios países de América Latina; deja un legado en su natal Oaxaca
Viernes 7 de diciembre de 2018, p. a11
Juchitán, Oax., A los 86 años dejó de existir por causas naturales la madrugada de este jueves , el Chaparro de Oro, don Carlos Robles, quien fue uno de los iconos más importantes de la música regional de Juchitán y del Istmo de Tehuantepec.
El maestro Carlos Robles logró una trayectoria musical de más de 70 años y fue ejemplo para muchos artistas de esta tierra istmeña, ya que con su saxofón alto conquistó varios países de América Latina.
Naciones como Cuba, Jamaica, Venezuela, Costa Rica, Panamá y El Salvador se deleitaron con sones regionales como la Sandunga, La Llorona, Fandango Teco y muchos más que dejaron huella de la memoria musical del maestro Robles.
En Juchitán, Oaxaca, el 3 de noviembre de 1928, nació el artista que creó arte musical con la agrupación Orquesta de Carlos Robles, que fundó en 1950, siempre privilegiando los sones regionales, boleros, danzones y el tango.
Autor de innumerables temas musicales también se destacó por ser arreglista, con el tango Nostalgia, de Carlos Gardel, entre sus piezas favoritas.
La herencia musical del Chaparro de Oro fue de su abuelo y su padre, ambos músicos de banda tradicional, de quienes aprendió a interpretar sones regionales.
Padre de seis hijos y esposo de Elsa Cabrera Regalado, don Carlos Robles comenzó a convivir con la música a los siete años, y aprendió ese arte de su maestro Manuel Hernández; desde entonces no dejó de tocar.
Sus años de gloria fueron en la década de los 70, cuando recibió una invitación de Mario Kuri, quien en una visita que realizó a la región del Istmo de Tehuantepec lo escuchó tocar en el parque de Juchitán y se enamoró de sus canciones, por lo que le ofreció un contrato para recorrer América Latina.
Carlos Robles y su orquesta se reunieron con el entonces presidente de México Luis Echeverría Álvarez y firmaron un contrato de dos meses y 10 días en los cuales compartieron la música que se toca en los pueblos del Istmo de Tehuantepec y de su natal Juchitán.
Su nieto Roque Robles, también músico, lo recuerda como una persona sabia y amante de la música, que siempre le inculcó valores y el amor por los instrumentos musicales.
Mi abuelo se ha ido pero nos deja toda su vida en la música; lo recordaré siempre. A él le afectó como a muchos abuelos el terremoto que colapsó su vivienda la noche del terremoto, a partir de entonces todo cambió y, lamentablemente, este jueves por la madrugada falleció.
El Chaparro de Oro será sepultado hoy en el panteón Domingo de Ramos, de Juchitán. Se espera que reciba homenajes de varias bandas.