Las desigualdades entre hombres y mujeres se acentúan más cuando se encuentran en situación de pobreza. Según datos del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), 50.3 por ciento de las mujeres que son jefas de hogar y viven en esta condición presentan rezago educativo, en tanto que en los hombres el porcentaje es 41.6. Cuando no están en situación de pobreza, el porcentaje se reduce a 19 y 13.5 por ciento, respectivamente.

En 36.3 por ciento de hogares pobres encabezados por mujeres se presenta carencia alimentaria, porcentaje mayor respecto de los hogares con jefes hombres, que es 30.7. En cuanto a los que no están en pobreza pero que tienen carencias de este tipo, 12.5 por ciento son de mujeres, y 9.6 de hombres.

Por otra parte, se observa un mayor porcentaje de hogares con carencias en las viviendas entre los de jefatura masculina que entre los de jefatura femenina. El porcentaje de hogares con carencia en calidad y espacios es de 16.5 por ciento de mujeres, y 19.3 en hombres. En una situación de no pobreza es de 3.5 y 4.1 por ciento, respectivamente.

El instituto también advierte que entre la población en condición de pobreza, 22.3 por ciento de los hombres y 16.7 de las mujeres no tienen acceso a servicios de salud; este porcentaje es menor entre la población no pobre, 14.6 de los hombres y 10.7 de las mujeres.

En ambos casos hay más mujeres con acceso a este derecho social, sin embargo, la principal diferencia entre ambos sexos es que el acceso de ellas es indirecto, es decir, tienen servicios médicos por ser familiares de un asegurado, por lo que dependen de una tercera persona para tener estos servicios, señala el Inmujeres.

Por cada 100 hombres que tienen acceso indirecto a servicios de salud, hay 151 mujeres. La razón se invierte en el caso del acceso directo (por su propio trabajo o porque lo adquirieron directamente), donde por cada 100 hombres hay 61 mujeres.

El dato para la población en situación de pobreza es más revelador: por cada 100 hombres con acceso directo sólo hay 43 mujeres, señala.

Según el documento del Inmujeres, la Organización de las Naciones Unidas reporta que ellas tienen mayor probabilidad de vivir en situación de pobreza debido a las desigualdades de género en el trabajo remunerado y no remunerado, y en el acceso a la propiedad y a servicios financieros.