La escritora antillana dedica el galardón a Guadalupe, ‘‘la pequeña isla de la que procedo, un lugar muy incomprendido y despreciado’’, así como a todos sus coterráneos
Martes 11 de diciembre de 2018, p. 4
La escritora antillana Maryse Condé recibió el domingo en Estocolmo el Premio de Literatura de la Nueva Academia; en su discurso de aceptación, afirmó que se ‘‘siente muy orgullosa de haber escuchado la voz de Guadalupe, que a pesar de todas las adversidades todavía dice que no; una causa poderosa y que sigue siendo encantadora y mágica”.
En su alocución, publicada de manera íntegra por el diario sueco Dagens Nyheter, Condé agradeció a su familia, lectores y a su natal Guadalupe, archipiélago del que apoya la independencia de Francia.
‘‘Después de que me otorgaron este premio, siento como si me calentara un fuego ardiente. Me refuerza en la creencia de que era correcto seguir mi llamado para convertirme en escritora y así, como dice el dicho árabe, ‘colgar mi arado de la estrella’.”
Cumbres borrascosas y la magia de la literatura
Condé (Guadalupe, 1937) recibió el galardón la semana en que tradicionalmente se entregaba el reconocimiento dictaminado por la Academia Sueca, que se pospuso para 2019 tras la crisis que enfrenta ese cuerpo colegiado.
La narradora y activista relató que cuando tenía unos 10 años le regalaron el libro Cumbres borrascosas, de Emily Brontë. ‘‘A alguien le puede parecer extraño que una joven de Guadalupe pudiera identificarse tan intensamente con una nieta inglesa que vivía en las tierras bajas de York. Pero tal es la magia de la literatura. No reconoce límites y acepta todos los sueños, obsesiones y deseos inalcanzables que unen a los diferentes lectores, sin importar el tiempo ni el espacio.
‘‘Cuando visité Japón varios años después, me sentí impresionada por el mismo sentimiento. Hay una gran diferencia entre un japonés y yo, tanto físicamente como en lo que leemos en la escuela y el estilo de vida, pero en el momento en que un traductor comenzó a leer uno de mis textos en japonés, la sala estaba llena de un fuerte sentido de comunidad.”
En su infancia, cuando Condé dijo a quien le hizo el regalo que se convertiría en escritora como Brontë recibió la respuesta:
‘‘Nosotros no escribimos libros. ¿Qué quiso decir con ‘nosotros’?, ¿las mujeres?, ¿los negros?, ¿los residentes de pequeñas islas olvidadas? Probablemente nunca lo sabré, pero me dejó destruida.”
Mencionó que ‘‘simbólicamente” compartía el premio con su esposo, Richard Philcox, quien ‘‘ha traducido la mayoría de mis libros. Sin él mis novelas permanecerían encerradas en la franja del mundo francoparlante”.
También aseveró que dedica el premio a Guadalupe, ‘‘la pequeña isla de la que procedo, un lugar tan incomprendido, asqueroso y despreciable, así como a todos los guadalupeños” y se manifestó por la independencia de ese archipiélago, en la actualidad territorio francés de ultramar.
Estímulo económico de 320 mil coronas suecas
‘‘Se dice –prosiguió Maryse Condé– que no tenemos nuestro propio lenguaje pero durante muchos años estuvo prohibido hablar creole en las escuelas hasta que un grupo de intelectuales valientes lograra establecer el estudio de nuestra lengua como su propio tema. Se dice que nos falta creatividad. Somos descendientes de esclavos africanos, de pueblos indígenas que trabajaron forzadamente o de franceses. En Guadalupe no hay trabajo que obtener y el desempleo alcanza niveles récord.”
Apuntó que en medio de este ‘‘terrible desarrollo, me he unido a quienes fundaron un partido político para el cambio. Proponemos la independencia. Pero cuando la mayoría perdió toda esperanza, no la apoyamos”.
El Premio Nobel (alternativo)de la Nueva Academia está dota-do de 320 mil coronas suecas, informa Sveriges Televisión.