Buenos Aires. El presidente Mauricio Macri termina su tercer año de gobierno con Argentina hundida en una severa crisis que se revela muy difícil de revertir en las cifras económicas, en la tragedia social, en lo cultural y en lo político, como sucede dentro de la propia alianza gobernante Cambiemos, en momentos en que la diputada Elisa Carrió, de la Coalición Cívica, separa discursivamente a esta agrupación de los corruptos que están dentro de la coalición, y de las mafias del futbol e incluso en el tema de derechos humanos.

En Cambiemos hay gente que juega a dos aguas, dijo Carrió, quien puso en escena todas las diferencias con las políticas gubernamentales, cuando se advierte que también hay crisis dentro de la Unión Cívica Radical (UCR), donde hay rebeldía de distintos sectores que quieren apartarse de la coalición gobernante.

Este fue un lunes negro, se profundizó la recesión y aumentó el riesgo país para ubicarse en 782 puntos, el más alto en esta administración. Los medios advierten que el mercado financiero desconfía cada vez más del gobierno de Macri y por eso aumenta el riego país; analistas hablan de un industricidio, cuando además del cierre de fábricas importantes o la suspensión de actividades, cada día cierran 25 pymes y hay más de 10 mil ya cerradas en todo el país. La producción se derrumbó en noviembre más de 7 por ciento y sigue en caída.

La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) advirtió que si continúa esta tendencia de caída en las ventas, habrá más cierre de comercios porque ya no tendrán margen para subsistir.

Esta entidad, que estuvo políticamente cercana a Cambiemos, señala que la situación hoy es crítica y no se puede recomponer con las altas tasas de interés, cuando ya se acerca a 50 por ciento la inflación este año.

De acuerdo con la CAME, en noviembre pasado las ventas minoristas cayeron 15.6 por ciento y suman 11 meses consecutivos de bajas. Es el peor noviembre, al menos desde 2009, cuando arranca la medición de la CAME. Las ventas del mes pasado quedaron 20 por ciento por debajo de 2009, en pleno estallido de la crisis internacional más grave desde 1929.

El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) informó que en lo que va de 2018 los precios aumentaron 43.9 por ciento, la cifra más alta desde la salida de la convertibilidad en 1991.

Roberto Navarro, director del portal El Destape, consideró que en tres años Cambiemos logró “el principal objetivo que cualquier gobierno conservador busca: concentrar la riqueza y los ingresos en pocas manos; favorecer a los ricos en detrimento de los que menos tienen.

Desde que llegó Macri, la inflación alcanza 146 por ciento, el salario medio subió 103 por ciento y las jubilaciones 101 por ciento, por lo cual trabajadores y sector pasivo perdieron aproximadamente un tercio de su poder adquisitivo y aún falta un año de gobierno; y como la contracara de esto, los sectores ganadores fugaron su renta y la huida se financió con un endeudamiento histórico.

Agregó que Macri favoreció al campo, las compañías energéticas y los bancos, que concentran la mayor parte del dinero perdido por trabajadores y jubilados reconociendo además que no hay registro de un tarifazo similar al que impuso este gobierno, y cita al Centro de Economía Política Argentina, que señala que las gaseras aumentaron las tarifas 3 mil 8 por ciento desde 2015; las empresas de electricidad las subieron 2 mil 136 por ciento y las de transporte 332 por ciento.

Las cifras de pobreza e indigencia se van acercando lentamente a 45-50 por ciento. Todo esto es sólo parte de lo que se ha destruido en el país durante el gobierno del conservador Mauricio Macri, en sólo tres años.